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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

miércoles, diciembre 22, 2010

¿De qué cambio climático dices que hablas?

Sí, llevo mucho tiempo sin dar señales de vida, pero es que me he puesto en estado de hibernación... ¿qué no es para tanto? Aquí llevamos dos semanas sin parar de caer nieve, sin ir más lejos estas son dos fotos de la galería de mi casa:





Y el resto de la aldeíta no es que esté mucho mejor. Hemos tenido cortes en el transporte público. En un par de ocasiones he tardado casi dos horas en realizar una ruta que los días normales no me lleva más que cuarenta minutos, con los inconvenientes que ello conlleva: cansancio, tener que recuperar el tiempo perdido...








... y en mi caso frío, mucho frío.

Pero las fotos de hoy me sirven para ilustrar dos puntos que serán importantes cuando hablemos del efecto invernadero y el calentamiento global.

Primer punto: el calentamiento global es como su nombre indica "global". Es decir, las alteraciones locales de la temperatura del planeta no resultan significativas sino que en este caso cuando los científicos hablan de un calentamiento global se refieren a la media de las temperaturas terrestres. Sí, se que os he advertido alguna vez sobre la " falacia del medio pollo" y no soy demasiado amiga de las medias sin sentido. Pero es que en este caso estamos hablando de un sistema delicado e interrelacionado entre sí: el tamaño de la capa de hielo que cubre la tierra depende tanto de las bajas temperaturas en invierno como de las no demasiado altas en verano. De hecho la teoría más en boga sobre las glaciaciones sostiene que no se debieron a periodos invernales más fríos de lo normal, sino a veranos que no fueron lo suficientemente calurosos como para fundir las capas de hielo que se fueron acumulando.

Segundo caso: el clima, localmente, depende mucho de la calidad de la atmósfera. Y en este caso, estábamos ya avisados de que las temperaturas este invierno podrían ser extremadamente bajas de forma local debido al volcancito islandés de nombre impronunciable.

Y con esto me despido, esperando que mañana el vuelo sea lo suficientemente puntual como para permitirme desearos Felices Fiestas con una entrada sobre el efecto invernadero... pero como no confío demasiado en ello, os lo dejo dicho por si acaso.

miércoles, diciembre 08, 2010

Volareeeee, oh, oh

Como ya sabéis todos, la noticia de la semana pasada fue que los controladores aéreos decidieron añadir su contribución a estas improvisadas jornadas medioambientales y decidieron parar durante unas cuantas horas el tráfico aéreo, reduciendo de esa manera la cantidad de CO2 emitido a la atmósfera (mañana os explicaré porqué la tenemos "tomada" con el CO2 todos los que curramos en el tema de la energía y el medioambiente).

En realidad, es que yo ya me había unido solidariamente a su "baja laboral" conjunta y llevaba toda la semana del trabajo a la cama y de la cama al trabajo, perturbada por algún tipo de virus del género mocoso al que las temperaturas exteriores por debajo de los cuatro grados (negativos, eh...) le sentaban la mar de bien. El viernes decidí rendirme a la evidencia y tomarme el día libre en virtud a que mi contrato me permite trabajar sopotocientas horas cuando hay algo que hacer (y el viernes, la cosa estaba bastante parada). Pero llevo desde entonces intentando recuperar todo el curro no urgente y no importante que tenía entre manos la semana pasada. No ayuda el que esta semana tengamos una delegación de colegas europeos visitando la oficina. De hecho, si estoy aquí escribiendo, es porque mi profe de alemán ha sucumbido también a algún tipo de virus y me ha cancelado la clase semanal en el último momento.



Pero ya que estamos, voy a aprovechar os pongo como es el reparto más o menos de las emisiones de CO2 por sectores de interés en España (aunque no sean datos muy recientes) para que veáis que la verdad, tampoco nos ahorramos tanto con el gesto solidario de los compañeros controladores. Aunque paradojicamente esta sea una de las mayores contribuciones personales a la huella medioambiental (en el momento en que tomas un avión, te has cargado tu ahorro medioambiental de todo el año), el transporte aereo representa una mínima parte de la emisión de gases que producen el efecto invernadero.

Como os decía, continuará, presumiblemente con una explicación más detallada de todo este tinglado...

viernes, noviembre 26, 2010

Cuatro herejías medioambientales...

... con las que en principio estoy parcialmente de acuerdo (pero me reservo para contar con lo que no estoy de acuerdo los comentarios):



Los subtítulos en castellano están en la parte baja de la pantalla, a la izquierda. Presionando el enlace "View subtitles" y buscando "spanish".

Queda abierto el debate.

martes, noviembre 23, 2010

Supermujer por el clima mundial



La verdad es que yo soy una de las escépticas sobre el problema del cambio climático y el calentamiento global. Puntualicemos, no, no es que no me lo crea. Es que tengo una voz interior que me repite que conseguiremos autodestruirnos bastante antes de que la cosa vaya a pasar a mayores (vale, ya sé que soy un autentico rayo de sol, pero SM puede dar fe de que al menos intento no ser demasiado pesimista).

Otra cuestion, es cuántas sandeces sobre el tema se pueden escuchar y leer a poco que te interese la historia. Mi favorita es esa de que "tenemos que salvar el planeta a toda costa". Señores, la tierra lleva unos 4600 millones de años así por encima en escena y se las ha apañado durante la mayor parte de ellos sin nosotros con fluctuaciones de temperatura mucho más grandes de las que estamos viviendo en la actualidad. Y si alguno tiene tiempo, le recomiendo para un rato de ocio el documental "La tierra sin humanos ("Life after people"). Si a ninguno de esos políticos con delirios de grandeza le ayuda a bajar los pies a la tierra el hecho de que en menos de 1000 años no quedaría ni rastro de las grandes obras que inauguran si desaparecieramos, creo que nada puede ayudarnos.



Lo que sí está amenazado en estos momentos es el habitat natural de muchas especies que pueblan la tierra, entre ellas, el del "Homo sapiens sapiens". Sí, esos somos nosotros. Y eso es lo que tendría que ponernos las pilas para reflexionar profundamente sobre hacia donde queremos ir en un futuro, próximo y lejano. Ayer estuve en unas jornadas de promoción de soluciones energéticas del futuro. La mayoría de los ponentes coincidían en que la falta de información a pie de trinchera sobre este tema es sangrante: ¿alguien sabe a qué me estoy refiriendo si hablo del ITER? ¿O que Cancún tiene una resonancia internacional en estos momentos y no precisamente como lugar turístico? ¿O qué ideas o alternativas al carbón y al petroleo son realizables en este momento? ¿Compensa alargar la vida de las centrales nucleares? ¿Cuál es nuestra responsabilidad personal en todo este asunto?

Por eso este blog y su propietaria han decidido emprender la causa de la concienciación pública y dedicar el mes de Diciembre entero a daros la peña (y sobre todo información, muuuuucha información) sobre el temas relacionados con el cambio climático. Espero que lo sobreviváis.


(Foto: Ainhoa Goma para Oxfam, publicada bajo licencia Creative Commons)

sábado, noviembre 13, 2010

Pastillas que realmente funcionan

Las de la foto, son las Pléyades.



Si alguno es aficionado como yo a echar la cabeza para lo alto y mirar a las estrellas, seguro que ha escuchado hablar de ellas, a pesar de que son una "constelación" (y hasta esto lo pongo entre comillas porque no estoy segura de que alcancen la categoría) menor. Las suelen llamar las siete hermanas, porque ese es el número que se suele apreciar a simple vista. De hecho, algunas civilizaciones usaban las Pléyades para seleccionar sus arqueros: aquellos que eran capaces de ver más de siete, eran los que tenían una vista más aguda.

En mis tiempos mozos, yo era capaz de distinguir con claridad ocho Pléyades. No todas a la vez, por supuesto, porque tenía que enfocarlas a distintas distancias, pero la verdad es que eran muchas las que lograba distinguir de golpe. La persona que me presentó esta constelación me odiaba por ello...

Bueno, por si lees estas líneas (aunque no creo) ya puedes dejar de odiarme. El otro día volviendo a casa de un viaje de negocios, paramos en un area de servicio en mitad de ninguna parte: condiciones perfectas, cielo despejado... y sólo conseguí ver seis Pléyades. Me estoy haciendo mayor, definitivamente.

Así que me voy a dar a la medicina. En cuanto llegue a Madrid, me voy a comprar varias cajitas de las pastillitas blancas éstas del anuncio.



Sabéis que no soy mucho en medicamentos, pero como el genial García Berlanga, lo de las Pléyades me demuestra que he llegado a la edad de creerme lo que me de la gana... y además, éstas estoy segura de que funcionan, al menos a mí nada me hace más feliz que poder hacer algo por otras personas...

PS: Llevo toda la semana esbozando este post en mi mente y hoy, cuando lo voy a poner, me entero del fallecimiento de García Berlanga... hay veces que las coincidencias son una piedra de toque. Creo que le voy a mandar el link de este post a las personas que estábamos aquel día viendo el cielo. La vida es demasiado corta para despistar a según que gente.

sábado, noviembre 06, 2010

Crecer es inevitable

Y no lo digo yo, lo dijo Ana Maria Matute en su libro "El polizón del Ulises".



Es una frase que leí hace años pero se me ha quedado grabada en la cabeza. Yo estoy pasando ahora por una fase de crecimiento, y ya sabéis todos que crecer es doloroso, cuesta y se necesita tiempo para interiorizar, como cuando un gusano se convierte en mariposa... así que esta vuestra casa está sufriendo con creces ese tiempo de abandono.

Por no hablar de que la Academia de la Lengua cada vez me tiene más insegura sobre lo que escribo... tengo grandes problemas con el alemán, mis mensajes en el trabajo me vienen de vuelta con más párrafos rojos que negros y en español empiezo a notar pequeños deslices cada vez más gordos... si encima me cambian el sistema así, sin previo aviso, no sé yo si seré capaz de escribir con menos faltas de ortografía...

Y por favor, Señores Académicos, la "ñ" no nos la toquen...

jueves, octubre 28, 2010

Proyectos con gafe

Lo sé, sé que soy una licenciada en Ciencias y no tendría que creer en ciertas cosas, pero hay veces que te preguntas si no será verdad que un pequeño gafe habita en algunos planes

* Lunes, última hora de la tarde: Mi compañera de despacho se despide de mí, se marcha al día siguiente a más de 600 km a ocuparse de un proyecto que ha llevado ella y del que algo sé, pero tampoco demasiado...

* Martes, media mañana: El jefe me llama urgentemente al despacho. La compañera está ingresada en el hospital y el cliente espera a alguien de nuestra empresa a la mañana siguiente. ¿Podría coger un avión y presentarme allí con mi otra compañera (JB, que tiene nombre de whiskey y nos está leyendo) para llevar el proyecto? Me parece algo precipitado, sobre todo porque no hemos preparado nada y sé de buena tinta que la compañera enferma lleva una semana entera preparando material. Tras una consulta con SM, el calendario está libre y si es necesario, puedo ir a ocuparme de la urgencia...

* Martes, hora de comer: JB y yo lo consultamos y decidimos intentar convencer al jefe de que la cosa sería mucho mejor si pudieramos prepararla con un poco de tiempo. El jefe nos responde que es "un proyecto importantísimo y que en el cliente hay un montón de personas movilizadas esperándonos". Además el material de la compañera enferma está al llegar. Vamos, que nos vamos...

* Martes, tarde: La paso leyendo el material de mi compañera y poniéndome cada vez más histérica...

* Martes, noche: Nada más llegar a casa, me doy cuenta de que me he olvidado la reserva del vuelo en el trabajo... llamo a JB para ver si ha volado alguna vez con la compañía aérea y con el pasaporte vale (en la página web dicen que no). JB me comenta que hay una posibilidad de descargarme mi correo desde casa... Lo probamos y no funciona. Cuarenta minutos (ida y vuelta) hasta el despacho para imprimir el ticket electrónico.

* Miércoles, madrugada: A las cuatro empiezo a preocuparme de que no suene el despertador, no puedo dormir.

* Miércoles, muy temprano: el parking de larga estancia del aeropuerto está en obras, sólo puedo dejar el coche en una sección donde la mínima estancia es una semana. No me da tiempo a preguntar si es correcto o no, simplemente aparco el coche y salgo volando hacia la terminal. Si hay problemas, a la vuelta ya lo arreglaré. Por supuesto, ni me piden el código para darme la tarjeta de embarque (estoy segura de que si no lo hubiera llevado, hubiera sido un problema). Pero para compensar, nos dan la fila número 13... Menos mal que en el vuelo más o menos nos da para poner un poco en orden nuestras ideas y más o menos nos vamos relajando.

* Miércoles, algo menos temprano: aterrizamos en Düsseldorf... el clima es de pena, está diluviando. La cola de los coches de alquiler es eterna. Tenemos una hora de camino y no sabemos si llegaremos. Cuando por fin estamos montando en el coche, JB ajustando los asientos y espejos, yo instalando el navegador, me pregunta ella: ¿tú ves el freno de mano? El coche es un modelo nuevo, nuevísimo y el freno de mano está escondido en el panel de mando... Lo conseguimos desconectar de alguna manera, pero en ningún momento fuimos capaces de enterarnos de como funcionaba.

* Miércoles, llegando tarde: el navegador se empeña en mandarnos a hacer recorridos turísticos alternativos por el centro de la ciudad (con un tráfico de muerte y la lluvia cayendo a cántaros). Total, llegamos media hora tarde a una cita a la que ya llegábamos tarde por las circunstancias (la compañera enferma iba a dormir en un hotel la noche anterior para empezar el proceso a las nueve, nosotros con el vuelo antes de las diez y media no hubiéramos podido llegar).

* Miércoles, en el cliente: Nada más llegar nos comunican que "parece haber un pequeño problema" y que la persona que nos tiene que dar la información no parece estar muy convencida de que mi empresa tenga que estar en el proyecto. Efectivamente, tras dos horas de discusión inútil, nos comunican que nuestros socios en el proyecto han "entendido mal" las intenciones del cliente (y una m... el cliente ha cambiado de opinión, pero podría habernos informado un poco antes y habernos ahorrado el viaje). Lo peor: empiezo a estornudar sin pausa, se me avecina un buen constipado.

* Miércoles, tarde: Perdida en el aeropuerto esperando el vuelo, haciendo lo que podemos hacer con el material que tenemos a mano.

Por fortuna pude recuperar el coche sin problemas, porque el constipado ha ido a más. Hoy me encuentro en casa, no por culpa de mi resfriado sino porque SB lleva una semana entera con problemas de estómago y le han prohibido los lacteos y no sabéis la que hay que organizar en este país para conseguir una dieta especial en la guardería...

En fin, no hay nada que no se pueda relativizar con un poco de buena música:

jueves, octubre 21, 2010

Estas máquinas tan malvadas...

Lo siento, pero voy a darle a algunos una mala noticia...
* no, el Power Point no nos está volviendo tontos,
* ni Zuckerberg es el mismo diablo en persona,
* ni siquiera es cierto eso de que el ordenador nos tenga manía...

Las máquinas y los programas son eso, máquinas... todavía los controlamos. Y nada me parece más tonto que culparlas de lo que no dejan de ser nuestros propios fallos y carencias.

A mí, particularmente, siempre me han gustado las máquinas de Goldberg:

martes, octubre 19, 2010

Hoy, programa doble

Porque no pocas veces leo en la prensa dos o mas noticias que me llaman la atención tanto, pero normalmente me faltan las fuerzas para comentarlas. Vamos a aprovechar hoy que la vuelta de vacaciones me tiene todavía intactas las fuerzas. Eso sí, me temo que me van a salir dos entradas repletas de ironía...

* A mala leche
La foto no tiene despojo, parafraseando a mi amiga Miriam G, "que alguien por favor se encargue del estilista... pero que parezca un accidente".



Pero es que no sólo se les puede acusar de un mal gusto extremo. El artículo que le sigue no es mucho mejor. Si lo que querian es crear polémica, creo que lo han conseguido. Lo que me parece peligroso es que hay múltiples puntos en los cuales la periodista en cuestión patina más que anda:

1/ Curiosamente he pasado mis vacaciones en una granja especializada en la producción de leche (de vaca). Así que puedo explicarle de primera mano a la perpetradora del artículo (que apareció el domingo en el suplemento de "El Mundo") que hoy en día, los terneros recién nacidos toman biberón (los primeros días, eso sí, con el calostro de la madre para que el bicho crezca robusto, pero me da miedo hacer una afirmación tan cercana a las tesis de la LLL aunque esté apoyada por sólidos estudios científicos, no me vayan a calificar de talibana de la teta). Así que realmente, mamá vaca en todo caso se parece más hoy en día a aquellas que salen a ganarse el sueldo mientras la granjera de turno le larga al niño la botella de fórmula (por favor, tomesé esta frase en el sentido más irónico de la comparación... me parece absurda por los dos lados, pero si vamos a hacerla, hagámosla con propiedad ;)).

2/ Me encanta la afirmación de la autora de que la lactancia puede producir problemas como las mastitis, las grietas y empeorar la depresión post-parto. Es como decir que montarse en un coche puede provocar que mueras de un accidente. Puede producir todas esas cosas, pero no tiene porque (yo no he tenido una mastitis en cinco años enteros lactando). Si esas son todas las pegas que le pueden sacar a la pobre lactancia materna...

3/ Ya he comentado alguna vez que tengo un gran respeto hacia lo que representa Lidia Falcón (es decir, hacia las ideas del primer feminismo) porque creo que en su día represento lo que había que hacer en esas fechas (y este es un tema tan rico, que se que seguro volverá a salir por otros mensajes). Pero la intervención general de la señora Falcón en todo el articulo es extremadamente parcial: revise su postura, señora, el problema no es la lactancia sino las estructuras que la acompañan... en el norte de Europa feminismo y teta se combinan a la perfección. Y reconozcamos por fin (que ya es hora) que las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer están ahí. El feminismo hoy en día tendría que preocuparse más en integrarlas que en despreciarlas. O eso, o nos quedamos sin siguiente generación...

4/ Y vuelta a comentar que la lactancia nos hace esclavas a las mujeres e impide a otras personas, principalmente al padre, participar en la crianza. SM, te cedo la palabra... porque tú has criado a los dos niños como yo: has lavado su ropa, cambiado sus pañales, les has hecho eructar, cantado, acunado, bañado... por no mencionar el trabajo en la casa, del que me has liberado tantas veces para que yo pudiera dar el pecho con tranquilidad (venga chicas, aplaudidle, es tímido y seguro que si no, no se manifiesta). La persona que iguala la crianza de un bebé únicamente a su alimentación es que no ha convivido con uno de cerca.

5/ Otro punto que me encanta es el sacar de quicio el tema del trabajo y la lactancia. El sacaleches no muerde. Yo he currado intermitentemente mientras daba el pecho a un bebé de seis meses. Una vez estuve una semana de viaje por medio... y sí, la idea al principio me dió vértigo, pero en lugar de leer un reportaje de una persona que obviamente no ha dado pecho en su vida o sabría de que va el tema, le pregunté a una amiga que lo había hecho y no sólo me desmitificó el tema sino que me ofreció una retahila de prácticos consejos que a ella le funcionaron. Con esa tranquilidad, fui capaz de encontrar mi propio camino.
Somos tantas y tantas madres que hemos lactado trabajando, tantos ejemplos distintos, tantos horarios distintos... que creo que con un poco de buena voluntad se puede conseguir. Basta que alguien te diga que puedes. Si acaso, vuelvo a insistir en lo que dije en el punto 3, ¿por qué no intentar adaptar el trabajo a la lactancia de verdad y no al revés?

6/ Y la guinda que colma la tarta: la afimación, en letra resaltada además que copio textualmente: "Los informes a favor de la lactancia sugieren que hay beneficios, pero hasta ahora no hay pruebas concluyentes". No quiero pensar mal, pero esa frase es o muestra de una desinformación terrible o está sugerida (como decirlo sin que suene demasiado mal) por intereses determinados. Dicho de otro modo: esto me huele a tabaco, donde por cierto, tampoco había "pruebas concluyentes" de la evidencia. O a los principios de la Termodinámica donde tampoco hay pruebas concluyentes de que se cumplan(pero supongo que esta fina ironía la he malgastado en la periodista). Importante es que no existe ningún estudio que pueda probar la superioridad de las leches artificiales a las maternas, tanto es así, que sólo dos productos llevan una advertencia de salud tan tajante en sus envases: el uno es la leche maternizada, el otro ya lo he mencionado más arriba.

Y repito aqui (mejor redactadas y extractadas) partes de la intervencion que he tenido esta mañana en otro foro sobre el tema:

"Por favor, entendedme bien. Esto no es una guerra entre la que da el biberón y da la teta. Existen muchas mujeres que no dan el pecho bien informadas y es su elección, no la comparto, pero doy mi vida porque esa elección exista. Y la mayoría de esas no se molestan al escuchar que la leche materna es el mejor alimento para el bebé y no comparan dar el biberón con dar el pecho. Existen también otras que te cuentan historias para no dormir sobre porqué no pudieron dar el pecho y al menos a mí, esas me molestan más. Entre medias, hay un grupo que han tenido dificultades y han estado mal aconsejadas, han sufrido presiones para dejarlo (acabemos con el mito de que los profesionales de la salud están a favor de la lactancia materna: si acaso de boquilla, pero cuando yo he tenido un problema en mis carnes, me he tenido que sacar las castañas del fuego solita acudiendo a profesionales que sí que sabía que apoyaban mi decisión de dar el pecho a mis hijos: no basta con decir las cosas, hay que ofrecer soluciones), han tenido problemas post-parto, poco apoyo en sus casas o en el trabajo... y contra todas esas cosas, contra ese sistema es contra el que protestamos las que apoyamos la lactancia materna. Hace dos o tres generaciones, la gran mayoría de las madres daban el pecho a sus hijos de manera prolongada. Hoy en día no llega al 20% las que continúan con la lactancia cuatro meses después de salir del hospital. No me puedo creer que hayamos perdido la capacidad de hacer algo así en menos de cien años, así que creo que el problema no está en nosotras, las mujeres, que estamos sometidas a una presión brutal por cada uno de nuestros movimientos, sino en la forma externa que han tenido de vendernos la moto."

* La multiculturalidad, bien gracias
Alemania está que trina con el tema de la multiculturalidad. Llevo un mes sin estallar, leyendo sandeces en el periódico sobre el "fracaso de lo multicultural", sobre la "inadaptación de lo extranjero" y por no citar solo a un bando sobre "la historia ejemplar de Özil" (un jugador de fútbol alemán de origen turco) entre otras muchas de este calibre.

Vamos a empezar puntualizando que la multiculturalidad es un hecho. Vivimos en un mundo en el que basta con tomar un avión para plantarte en la otra esquina del planeta en menos tiempo del que se tarda en preparar un cocido completo (con remojo de garbanzos incluido), lo cual me ha permitido preparar ese cocido en lugares tan dispares como Irlanda o Japón. Estamos destinados a ser multiculturales o morir en el intento. Y la multiculturalidad puede funcionar de perlas, hay ejemplos miles y segura superservidora y superfamilia son tan solo uno de ellos.

Vamos a seguir, explicando realmente cuál es el problema, y para ello tengo que introducir dos palabras que se usan a veces como sinónimas, pero que no tienen mucho que ver. Wikipedia dixit:

Integración: así se entiende aquel proceso dinámico y multifactorial que posibilita a las personas que se encuentran en un sistema marginal (marginación), a participar del nivel mínimo de bienestar sociovital alcanzado en un determinado país.

Asimilación: es la manera como se señala al proceso de integración de un grupo etno-cultural tal como los inmigrantes, grupos étnicos minoritarios y otros dentro de lo que se tiene establecido como lo común a una comunidad mayor o dominante. La presunción de que dichos elementos generales son la garantía de la convivencia cultural dentro de un estado o territorio, es la que motiva el inicio de dicho proceso.


Yo estoy perfectamente integrada y me he integrado siempre en todos y cada uno de los países en que he vivido, pero señores me niego a asimilarme. Entre otras cosas por lo que he dicho antes, me pirra el cocido.



Y mi opinión es ésta: el problema, señores, está tanto en los que no quieren integrarse como en los que pretenden que la integración sea asimilación. Y hasta que no lo reconozcamos así, seguiremos a taramazos. Eso sí, el caldito de cocido que me estoy metiendo pal cuerpo entona perfectamente con el clima otoñal por estos lares. Venga para mi casa, Frau Merkel, verá como la sociedad multicultural puede funcionar perfectamente cuando hay ganas de ello.

sábado, octubre 09, 2010

Vacaciones

Me voy una semana pero os dejo en buenas manos; hoy me han recordado esta canción en otro blog. Ayer hablaba sobre religión y si hay una en este mundo que profeso, o profesaría, es la que se describe en esta canción:



Ignoraba que esta semana se cumplía el aniversario de la muerte de Lennon cuando puse el comentario anterior. Recuerdo vagamente aquel día, era quizá demasiado pequeña para comprender quién se había ido. Sirva de homenaje para uno de los grandes mitos del siglo XX (ay, que vieja me siento siempre que pienso que nací, crecí y estudié en el siglo pasado)

jueves, octubre 07, 2010

Buscando la calma

Otra semana de estas que hacen historia a mis espaldas. Y esta vez no tengo ánimos de momento para contar ná. Simplemente para que os hagáis una idea de como anda el patio, tengo a toda la Superfamilia en la cama y no son aún las siete de la tarde... y yo no me voy a acostar porque tengo mucho trabajo por hacer...

Estamos pasando por un periodo de mucho estrés, aunque totalmente injustificado. Me explico: hace unos meses teníamos sobrados motivos para preocuparnos por el estado de nuestras vidas, hoy somos afortunados y lo tenemos todo (y sí, sé que os prometí una fiesta cuando esto ocurriera, pero como podéis ver, el horno no está para muchos bollos en estos momentos). Sé que en parte la factura que nos está pasando ahora la vida incluye el esfuerzo que hemos tenido que hacer en los últimos tiempos y que simplemente esperando en algún momento saldrá del todo el sol (que no, que no es que esté exactamente escondido... los que estamos escondidos somos más bien nosotros). Los pequeños problemas que tengo ahora son como la lluvia en primavera: pasarán...

He tenido dolores de espalda que me han hecho la vida difícil en los últimos meses y el saber que además la única motivación de estos problemas es psicológica no ha ayudado mucho a tomarme las cosas con gracia. El dolor es también una cosa muy fastidiada: aunque sea mental, no deja de doler y mina muchos otros aspectos de la vida. Me está tocando aceptar que soy como soy y hay ciertas cosas que no podré cambiar nunca, otras que tengo que aceptar como vienen y algunas sobre las que tengo una cierta influencia. Sobre estas últimas tengo que tomar el control. Y aprender a relajarme.

Hay gente que me ha sugerido el yoga, pero es un modo de meditación que está asociado a un cierto tipo de creencias y en eso sigo siendo extremadamente escéptica. Con la relajación he tenido algo más de éxito, aunque la idea de las vidas paralelas me produce más risa que relax... y encima veo venir que SG es igual, igualita en carácter a mí. Y si no aprende a hacer las cosas mejor que su madre, le auguro un estrés de caballo como el mío.

Hoy le he regalado a mi hija una canción. Sólo unos genios como los cuatro de Liverpool eran capaces de decir tanto con tan limitado vocabulario...



Os dejo con un buen consejo, que creo que también a mi espalda le irá bien:

"And any time you feel the pain, hey Jude, refrain,
don´t carry the word up on your shoulders..."


"Y cada vez que sientas dolor, hey Jude, déjalo estar,
no te eches el peso del mundo a tus espaldas..."

jueves, septiembre 30, 2010

Adios a otros ojos azules...



Se ha muerto, probablemente, uno de los primeros hombres que amé. Adiós, ojos azules, nos veremos en la pantalla algún día de éstos.

martes, septiembre 21, 2010

Desmontando la emigración

693 comentarios tiene este artículo. Ni más, ni menos... y parece ser la tendencia de todos los de el especial sobre la situación de los jóvenes en España que ahora mismo está haciendo el País... Aparte me ha llegado por diversas fuentes (amigos, amigos de amigos, prensa europea, clientes...) la preocupación sobre el estado actual de la economía en España.

Pero de verdad que no puedo con esas categóricas respuestas que le dicen muy llenas de razón a la muchacha del primer artículo que lo suyo es quejarse de vício y la solución está al alcance de su mano: emigrar.

Siempre tiendo a desconfiar de las manifestaciones anónimas que se hacen por internet (incluídas las que yo hago, SW no deja de ser una imagen parcial y edulcorada de lo que pasa por mi mente y mi casa). Y todavía más cuando leo comentarios tan categóricos como que "hace x años que salí de España y nunca he vuelto la vista atrás".

Y es que me parece que semejantes comentarios sólo pueden proceder de la jactancia más absoluta o de personas con una cierta tendencia sociópata que no han tenido en la vida padre, madre o perrito que les ladre... porque reconozcámoslo, hasta el sol y la comida se pueden remplazar o sustituir en la mayoría de los casos por otros incentivos: pero la familia no. Los padres se quedan atrás y aunque sé que es ley de vida que se hagan mayores, te preguntas siempre qué va a ser de ellos, si no estás cargando demasiada responsabilidad a tus hermanos... por sólo mencionar uno de los problemas que trae el hacer la maleta definitivamente.

No sólo eso: la flexibilidad tiene un límite. Está bien mover el culo de un lugar a otro del planeta siguiendo el flujo del trabajo porque quieres ser una persona útil cuando tienes veinte o treinta años y toda tu vida cabe en un par de maletas. Pero arrastrar a dos niños y un perro (los dos primeros los tengo, el último no lo deseo, pero es por poner un ejemplo) a semejante aventura deja de ser apetecible en determinados momentos: tengo la idea de que los niños necesitan una cierta pertenencia para crear una personalidad fuerte, lo que se llamaba antes unas "raíces". Tal vez me equivoque en ello, pero la reacción de SG cuando hicimos la última mudanza me convenció de que habíamos llegado al punto en el que cada nueva mudanza iba a ser más traumática que la anterior. Así que me planto.

Y esta es sólo la punta del iceberg, la que queda después de pasar los años de adaptarte a otro idioma, otra comida, otra cultura, otra manera de hacer las cosas (que no es por desanimar, pero no todo el mundo sobrevive con humor y ánimo intactos al proceso). Aclarando, por último, que en "el extranjero" tampoco regalan nada: oportunidades hay, pero hay que lucharlas de la misma manera que se lucharían en España (o tal vez más, porque hay que hacerse con todos esos cambios que os contaba antes mientras las luchas).



Y esto os lo confiesa una emigrada económica (o más bien, tecnológica, reconozcámoslo, que sé que en España ni SM, ni yo nos hubiéramos muerto de hambre, pero tampoco hubiéramos podido aspirar al curro que hoy en día tenemos) que ha visto tanto mundo casi como los famosos baules de la Piquer... vamos, que creo que experiencia en el tema la tengo sobrada.

Yo he decidido quedarme aquí, eso es lo bueno. Y la pena es que haya otras personas que no puedan decidir quedarse en su tierra... nada que no sea una decisión propia, puede calificarse como bueno.

domingo, septiembre 19, 2010

De Pixar ya os he hablado...

... pero no me acuerdo si alguna vez he confesado mi admiración en el estudio por el genial Hayao Miyazaki (Sensei, por supuesto) de Gihbli Studio. Cualquier película que pilléis supongo que será recomendable, pero tengo debilidad por "Mi vecino Totoro", primera peli que ví en japonés (con subtítulos, claro ;)). La podéis ver acompañados de niños de cualquier edad, porque es una película "limpia", de esas que ni siquiera dan miedo...



Hoy ha sido el primer día en el cine de Superboy y aparte de que había gente, no podía haber dado con mejor cartelera:



Crecen muy deprisa y aunque como ya he aclarado la melancolía es inevitable, también el orgullo de poder compartir todas estas cosas con ellos lo es...

miércoles, septiembre 15, 2010

Letting go

Cuando escucho esta canción siempre termino como una Magdalena y esta no es una excepción. Como la mayoría de las canciones de Abba, la música es de los dos chicos, pero la letra la escribio Agneta, la rubia del grupo, dedicada a su hija Linda cuando tenía más o menos la edad que tiene la mía. Se comenta que la separación final del grupo no se debió tanto a las desavenencias de pareja del grupo, como a la decisión de esta chica de "volver a disfrutar de la normalidad".



SG se hace mayor. Hoy la veía marcharse con su cartera hacia el cole, dejándonos atrás a su hermano y a mí y no podía evitar acordarme de esta canción y pensar que el ahora es lo único que tenemos y hay que dejarlo escapar... pero muchas veces no se puede evitar una especie de pequeña melancolía al pensarlo.

Ella se va tan feliz a la escuela ahora
diciendo adios con ausente sonreir
alli se va y en mi siento una tristeza
algo que me hace percebir...
Aun me pertenece, pero menos
en ese mundo de su candidez
(se me esta escapando)
feliz de compartir aun su risa
y toda su ninez
Se me esta escapando al crecer
?Como lograr que se detengan
hoy los minutos?
Se me esta escapando al crecer
su gran fantasia cuidare
y cuando la voy descubriendo...
sigue creciendo
Se me este escapando ya lo se
Hay en las dos ella y yo sueno al desayuno
y, sin querer, dejo al tiempo transcurrir
Cuando se va siento en mi alguna melancolia
cierta culpa que no se fingir
?Por donde estan aquellas aventuras
y los lugares que vamos a ver?
(Se me esta escapando al crecer)
algunas pocas cosas disfrutamos
hay tanto por hacer
Se me esta escapando al crecer
?Como lograr que se detengan
hoy los minutos?
se me esta escapando al crecer
su gran fantasia cuidare
y cuando la voy descubriendo...
sigue creciendo
se me esta escapando ya lo se
Si yo pudiera congelar la imagen
guardar el tiempo y su capricho en mi
(Se me esta escapando)
Se me esta escapando al crecer
Ella se va tan feliz a la escuela ahora
diciendo adios con ausente sonreir...

domingo, septiembre 12, 2010

Soy mi peor enemiga

Apuntes de ese libro que he asumido que jamás escribiré por falta de tiempo...

Cap I: A Ubermutter no me gana nadie, ni siquiera las alemanas

El término lo he robado de aquí y describe a la perfección esa idea tan alemana de que las madres somos como burros de carga que pueden con todo y con más.
La historia comienza hace dos viernes. SW agotada sale del trabajo con un tirón en la espalda y el "pie abierto" (lo tengo así desde hace años por problemas en la curvatura del pie). SW evalúa la conveniencia de irse directamente a casa y pasar de la sesión de zumba que tenía planeada, sobre todo porque mañana hay "soiree" en el cole de SG y toca llevar pastel (por supuesto, hecho en casa)... Ah, por si alguno se está preguntando lo que es la zumba, se ve más o menos así...



Por supuesto, SW decidió no pasar de la sesión de zumba, llegar a casa, acostar a los Supernenes y ponerse a cocinar la tartita de marrás porque cuando una vale, es que vale para todo y a "madreamantísimaalemana" no me gana nadie, que los de la aldeíta somos como los de Bilbao, nacemos donde se nos pone... pero eso es asunto para otro capítulo.

Cap II: El asunto de la pasta frola
Lo de las tartas para el colegio también tiene su miga. Una vez cada trimestre, más o menos, nos piden de la guardería que contribuyamos generosamente para cualquier tipo de proyecto y hacen lo que se hace normalmente en Alemania para recaudar fondos: un "Kuchenbazar" o lo que es lo mismo, vender tartas en la calle. Por supuesto, las "Übermutters" contribuímos con las tartas. Y cada hija de vecina tiene su "receta" particular, esa que le sale divina de la muerte y como de pastelería... salvo SW, que sigue en busca de esa receta en particular.

Así que como siempre, SW pidió ayuda por internet y un pajarito (asias, asias, asias) le sopló que la "pastafrola" era algo fácil de hacer, vistoso y que cundía hasta con dos manos izquierdas y las agujetas de volver de zumba. Así que decidió probar. Para su delicia, la pastita se prepara en un momento y se extiende más fácil de lo que ella pensaba. Lo único es que como no había carne de membrillo, se puso a hacer crema pastelera a las nueve y media de la noche...

Pocas veces, desde que entró hace dos años en la Supercasa, ha fallado la thermomix más estrepitosamente. La supuesta crema estaba más líquida que un batido. Venga a añadir maicena, venga a volver a cocer... aquello seguía líquido. SM bromea con la posibilidad de descongelar una tarta de una famosa casa de muebles sueca que lleva algún tiempo en el congelador y nuestra heroína se lo piensa seriamente... hasta que cae en la cuenta de que tiene por el armario un sobre de polvos para hacer flan BIO y por fin aquella masa negra sale de la thermomix con aspecto de crema pastelera.



Por cierto, os dejo la receta de la masa, porque me imagino que con las indicaciones que he dado, la del relleno como que mejor no se la recomiendo ni a mi peor enemiga. Eso sí, la tarta quedó de muerte y se vendió en su totalidad (8 porciones). Entre todas las Übermutter de la escuela hemos sacado 650 euros que se dedicarán a acciones caritativas.

Cap III: Las aventuras de una ejecutiva poco agresiva

Toda la semana siguiente nuestra heroína se la pasó de cursos... lo cuál suele ser relajado si no fuera porque ELLA era la que daba las clases. Dar un discurso de una hora ya te suele poner nervioso; cuando el tema lo dominas únicamente a medias porque llevas poco tiempo, el nerviosismo crece... Si encima es en un idioma que no es el tuyo, aquello roza el borde de la histeria.

Tomas un tren en tu aldea a eso de las siete de la mañana (para lo cuál has tenido que levantarte a las cinco, porque es más difícil llegar de casa a la estación que de la estación a cualquier lugar civilizado). El lugar de la conferencia está en el quinto congo y SW ha hecho voto de reducir su huella medioambiental y gastar la menor energía posible. El apeadero queda a tres kilómetros del hotel pero se los hace andando (ha tenido la previsión de llevar unos zapatos planos). Por fortuna la amenaza de lluvia se mantiene en eso. Cuando llega al hotel, corre al baño de señoras a limpiar la maleta de barro y cambiarse los zapatos... Un ser extraño está frente a ella y tarda un poco en comprender que "aquello" es lo que la mira desde el espejo... Cinco minutos y dos capas de titanlux más tarde, SW vuelve a parecer ella.

A todo lo contado anteriormente, hay que añadir la obligación de hacer tres veces al día aquello de la niña del exorcista para el dolor de cuello...



A veces ser la única mujer en toda la conferencia tiene sus ventajas, puedes hacer tus ejercicios en el baño de señoras sin que nadie te moleste.

Y la noche pasada en Hamburgo, de lo mejor. Le dicen que el modo de llegar hasta el hotel es agenciarse un taxi, pero como ella es bruta, señores, decide que se va en transporte público y la señorita de la ventanilla de información colabora al darle la ruta a medias. En mitad de un sitio desconocido en ninguna parte, con un ancianito borracho orinando en plena parada, nuesta heroína decide salir corriendo y abordar a dos colegas con chandal que tampoco es que tuvieran mejor pinta pero al menos no estaban meando en plena calle. Ninguno parece tener idea de por donde queda el hotel pero al menos saben que no es para el lado para el que ella está caminando. Cuando va para el otro lado, escucha gritos detrás de ella. Uno de los colegas del chandal, que vuelve, que se ha acordado, que es por la calle por la que ella iba a tirar, sí, pero a eso de dos kilómetros.

Por si acaso volvían a entrarle tentaciones al borrachillo de mear en la parada, SW decidió hacer los dos kilómetros a velocidad de crucero, andando y todavía con los tacones puestos. El hotel le pareció lo mismo que el Xanadú celestial. Y además le subieron una almohada plana sin coste adicional.

Cap IV: La auditoría inaudita
Y ayer para culminar la semana, tocó la primera auditoría como "trainee auditor". Todo transcurría más o menos de manera normal (ver, oír, callar, hacer preguntas a la compañera que llevaba el liderazgo) hasta el momento en que el Manager de Q(uality) de la empresa dice que el siguiente auditado "está haciendo un grill". SW se piensa por supuesto que aquello es una expresión coloquial, más o menos lo que en España significa "estar a por uvas". Pero no. Están haciendo un grill de verdad. La empresa entera. Han montado una mesa de picnic y una parilla portatil en la entrada y están asando salchichas literalmente. La cara del compañero de Q es un poema. Las dos auditoras intentan mirar disimuladamente por la ventana para evaluar que hacer en la situación. Lo resuelve el jefe de la empresa, que no se corta ni un pelo y sube un plato de salchichas con ensalada de patata para cada una.

Cap V: Lo dicho, para bruta, yo
Y aunque SW quisiera estar durmiendo desde hace horas, SM se ha marchado para toda esta semana y mañana vuelve a haber sarao con la escuela (la suerte de haber caído en una clase muy activa). Así que ha tenido que cocinar tortilla de patata para el picnic (dos veces, la primera las patatas se le han hecho puré en la thermo... una variedad nueva, más blandita de lo normal), magdalenas para los desayunos, sopa de cebolla para el lunes y nuggets de pollo, porque sobraban unas pechugas por ahí. Y entre medias se ha ventilado dos entradas para el blog.

Pero ahora mismo se va a poner un trago de wodka de la pradera (un wodka de hierbas riquísimo que le trae una amiga desde Polonia) y terminar de disfrutar los diez minutos que quedan para el final de la sopa mirando fijamente la estrellas sin hacer NADA... porque se lo ha ganado ;).

sábado, septiembre 11, 2010

Fuego en el cuerpo

Como últimamente vivo fuera del mundo, no me dió tiempo a comentar la que se había montado en Nueva York porque supuestamente se quiere construir una mezquita en la Zona Cero (y digo "supuestamente" porque ni se trata de una mezquita, ni está exactamente al parecer en donde cayeron las Torres Gemelas, sino unas manzanas más allá). Lo cierto es que tampoco tenía mucho que comentar. Simplemente me pareció que para las familias de aquellos musulmanes que murieron en el atentado, que supongo que no serían pocos, el hecho de que exista esta polémica me imagino que se siente como un insulto.

Pero sin duda en un día como hoy no podía dejar de comentar el circo que ha montado en su torno el payaso este.

Me mato (figuradamente) por enseñarle todos los días a los Supernenes lo que es para mí la tolerancia: es decir, respetar al otro aunque no te guste un pelo lo que está haciendo. Y dejarle libertad para hacerlo, si es que lo que hace no es abusivo contra él, ni contra los demás (incluso en el primero de los casos, soy partidaria de que la intervención no vaya más allá de la palabra... allá cada cuál para hacer lo que quiera con su vida). Pero contra esta manta de impresentables intolerantes de uno u otro signo, es que no puedo, no puedo... Pero supongo que si toda esta gente existe es porque hay alguien detrás que les cree, que les apoya, que les "ríe la gracia"...

Ojalá un día de estos toda la gente buena que hay por el mundo les pueda callar.

domingo, septiembre 05, 2010

El vuelo a Berlin es en la otra puerta...

La verdad es que lo que tiene viajar en avión es que será todo lo rápido que se quiera, pero del viaje siempre te traes alguna anecdota (alguna de ellas de éstas de no contar en público).

Hombre, las más de las veces la cosa se solventa con un "pequeño retraso". Las companías aéreas suelen tener imaginativos medios de conseguir que la gracia no sobrepase en el papel más de dos horas (porque me parece que a partir de ahí tienen que pagarte el bocadillo) como meterte en el avión y llevarte a conocer medio aeropuerto o mosquearte metiendote en la zona de embarque y comprobando los billetes sin que llegue a presentarse el avión. De todas maneras, hay momentos en que no pueden evitar tener que pagarte el sandwich... si eres capaz de reconocer tu vuelo, claro...



Y conste que pienso que no todo el mundo tiene por qué conocer la lengua de Shakespeare, eh, pero es que no dar ni una letra, cuando las pantallas de anuncios del aeropuerto están a dos metros del restaurante me parece irse al otro extremo.

Por no hablar de que con niños, siempre tiene uno historias que contar. El último vuelo que hicimos desde la Aldeíta hacía escala en un aeropuerto alemán para llegar a Madrid. SB se hace amigo de otro rubio con pinta de travieso, como él, sólo que del tamaño aproximado de SG. Los dos se persiguen, corren por la sala de estar, se lo están pasando bomba... De repente se me acerca mi hijo: ¿Mamá, nosotros vamos a España? Sí hijo, a España... El peque se retira con cara de pocos amigos y yo me pregunto que qué mosca le habrá picado. Le veo conversar con el otro niño y volver hacia mí. Al minuto, el otro rubio sale detrás de él, gritando para delicia de la media sala de espera que lo entendió: "Que sí, que vamos juntos, que España es la capital de Madriiiiiiid". Si todos tuvieramos semejante actitud ante la vida, se acababan los nacionalismos.

Y si no, siempre te queda descubrir las múltiples ideas de negocio que surgen en los aeropuertos. Encontrado el otro día en el de Berlín-Schönefeld:


Lo flipo. ¿De verdad la gente se dedica a estos menesteres en los aeropuertos o es que el famoso "Mille High Club" tiene muchos más miembros de lo que se dice.

En fin, que en realidad, la del domingo hubiera sido dentro de lo que cabe una anécdota graciosa y no demasiado fuera de tiesto, de no habernos pillado en un viaje relámpago a España en el que volvíamos ya relativamente tarde y con pocas ganas de jarana.

Pregunté mientras dejábamos las maletas si el avión llevaba retraso (porque siempre hay que dosificar el entretenimiento de los Supernenes en ese caso). Contestaron que no, pero claro, nada más pasar el control de equipajes ya nos topamos con la señalita de que el vuelo llega al menos con media hora de retraso, lo que significa también retraso llegando a Berlín y llegar a la Aldeíta a... bueno, mejor no pensarlo. Para compensar, veo que la puerta de embarque pilla justo al lado de las magníficas instalaciones infantiles que hay en el aeropuerto de Barajas (a lo bueno que tenemos, hay que hacerle propaganda) así que me digo que por lo menos la hora que nos tenemos que tragar de espera hasta el embarque será entretenida. Pero nos topamos con el cartel que anuncia que a partir de las 20:00 horas el recinto está cerrado... Menos mal que quedaban diez minutos para pegar un par de carreras porque si no creo que hubieramos vivido un cataclismo (emocional, eso sí). Y que SM entretuvo la hora restante con una pelota fabricada del papel de plata que envolvía los bocadillos.

Media hora antes de que apareciera nadie, ya había gente haciendo cola delante del mostrador. Nosotros tenemos la suerte de tener embarque especial, por los niños, hasta que el peque cumpla seis años (privilegio que yo comprendo, sería mucho peor que alguien tuviera que aguantar a los supernenes tocando la marimba durante las tres horas de vuelo). Cuando anuncian por fin el embarque y las colas llegaron a su punto álgido, de repente cambian la pantalla encima de nuestras cabezas. Yo que estoy en primera fila, se lo comunico a los dos que se supone que hacían el embarque...

Pues nada, venga, que vayamos para la otra puerta... Por supuesto, el personal, "desbocaó". Carreras, gritos, empujones. Nosotros con toda la calma unos metros por detrás, vemos como la nube de gente que salía desde nuestra puerta se estampa contra otra nube de gente que corría hacia ella... Creo que más o menos eso es lo que tiene que estar pasando en el sincrotrón gigante de Suiza, pero con partículas mucho más pequeñas. Llegamos a la otra puerta con un pequeño retraso con respecto al grueso del pelotón... para comprobar que en ella no anuncian nuestro vuelo, sino uno hacia Hungría. Todavía con más retraso, llegan los dos chicos que se supone que se ocupaban de nuestro embarque: un minuto de intercambio de pareceres con sus compañeros y consulta a la computadora más tarde, nos anuncian por megafonía que la puerta de salida era la anterior. Vuelta a cruzarnos con los pobres pasajeros de Budapest, aquello ya parecía una "flashmob" patrocinada por Aena...



Para terminar de arreglarla, el mozo que volvió a dar la información por megafonía desde nuestra puerta de salida, se volvió a equivocar de número de puerta en inglés. Y yo que ya no estaba para pasar una (pues sólo faltaba que nos retrasasen más el vuelo porque uno de los de Hungría se nos colase) se lo advertí para que pusiera remedio...

Sí, claro, volar es un placer... cuando se hace en primera y uno puede usar los privilegios de la "bussiness lounge". Con el bajo coste, yo al menos me siento más como una borrega.

lunes, agosto 30, 2010

Poco organizados

Empecemos conque he dormido unas cuatro horas y ni siquiera han sido seguidas, sino en intervalos cortos. Parte de lo que intenté dormir ha sido en los asientos de varios vehículos. Me duele la cabeza horrores y la espalda no te quiero ni contar.

Aunque siempre juramos y perjuramos que no vamos a caer en la tentación, lo cierto es que nos surgen esas ocasiones en las que no tenemos más remedio que desplazarnos a España toda la familia y con márgenes mínimos de tiempo. Por ley de Murphy, siempre se nos complican dichos desplazamientos con cosas tales como retrasos varios del avión, averias inoportunas del coche y climatología adversa de narices (he llegado a pensar que entre el aeropuerto de Berlín y mi casa la lluvia es un estado permanente). He de decir que en esta ocasión, al menos, el motivo era de alegría y el desenfreno del fin de semana ha merecido la pena.

Aparte, tendría que haber dormido una siesta larga por la mañana, claro, pero a ver quién es el chato que se mete una siesta con la luz que entra por la ventana a raudales. Así que al final he caído muerta cuando menos podía hacerlo, despertándome con el tiempo justo para salir y desplazarme el medio kilómetro que me separa del sitio donde SG, supuestamente, tendría que tener las clases de lengua materna (en su caso elegimos el inglés). ¿Os podéis creer que las famosas clasecitas de inglés las ofrecen a las dos de la tarde y tienes que llevar tú a la niña entre los dos colegios? Vamos, lo ideal para unos padres que pretende currar a jornada completa... pero vamos, esa es la mentalidad alemana, la niña ya tiene edad de ir sola según ellos.

Así que camino con prisa y maldigo el momento de imprevisión (y la salida a lo zombi aún con sueño) que me han hecho dejarme el paraguas en casa, menos mal que no llueve... durante los cien primeros metros. Según se ha hecho demasiado lejos para retroceder, empiezan a caer chuzos de punta con unas ráfagas de viento frío que uno no se puede creer que ayer mismo estuviera en bermudas a más de treinta grados. Y encima una piensa que en realidad no hay mal tiempo, sino ropa inadecuada (bueno y tal vez demasiada cabezonería, porque la gente que no iba preparada para el clima se está metiendo en los soportales y yo sigo emperrada en caminar) y maldice hasta en arameo la imprevisión mientras se cala de lluvia hasta arriba. Y como suele pasar en estos casos, cuanto más calada y hundida se siente una, más agua cae del cielo.

Al llegar, conozco a la profe de inglés en cuestión y aunque no me puede dar ninguna alternativa a mi caso, es la mujer que mejor impresión me ha dado de todas las que llevo conocidas en en curso escolar... El año que viene no me pillan, organizo el horario con antelación para que la niña no se pierda la lectura en la lengua de Shakespeare.

El médico me ha dicho que no tengo que pretender llevar todo bajo control, que tengo que delegar responsabilidades e improvisar (¿en quién? ¿en los niños? porque el pobre SM está más que delegado). No puedo, no me sale en un país en el que me están preguntando ya si vamos a llevar a los niños a la guardería en las vacaciones de octubre y todo lo que miramos está ocupado desde hace siglos por esas fechas. Ya no se encuentran billetes baratos para Navidades (¡con cuatro meses de adelanto!). Tendríamos que volver a hacer la machada de ayer: llegar a Berlín a las once de la noche y a casa a las dos de la mañana (eso sin retrasos). Y a las seis y media, otra vez en pie para el cole.

Menos mal que también me ha dicho que puedo llorar siempre que quiera, que no reprima las lágrimas, así que voy a tener una rabieta de las de espanto: con gritos, chillidos y pataleos... me pregunto porqué reprimimos a los niños, si lo cierto es que se queda uno como la seda después de una así...



Antes de que empiecen los ánimos conmiserativos, aclaro que lo de hoy es eso, una rabieta con llantina. Estoy contenta con mi vida, estoy en cambio y cada año que pasa, estos alemanes me pillan menos desprevenida ;)

Ale, voy a descoyuntarme (SM dice que en los ejercicios de cervicales parezco la niña del exorcista) y a la cama. Mañana os cuento el viaje que da también para un rato.

jueves, agosto 26, 2010

¡Pobre mi Kevin!

Me ha hecho gracia que una noticia que no tendría porque tener mayor repercusión fuera de las fronteras alemanas, haya llegado a la prensa española y sea una de las más leídas del día. El tema es "la importancia de llamarse Kevin". O más bien, la poca importancia.

Resumiendo (y leo entre renglones en la página web de la investigadora alemana que ha dirigido el cotarro): hace unos años en una encuesta anonima, el departamento de Pedagogía de la Universidad de Oldenburg descubrió que los profesores asocian determinados prejuicios a los nombres propios de las criaturas. En una de las encuestas se llega a leer que "Kevin no es un nombre, sino un diagnóstico". Y continuando con esta línea de investigación, han mandado ejercicios infantiles escaneados a 200 profesores y los mismos ejercicios, bajo distinto nombre, eran calificados de distinta manera (hasta 9 puntos de diferencia en una escala del 1 al 10). Y los que salían siempre perdiendo eran los niños con nombres "socialmente" mal vistos.


beliebteste Vornamen je Bundesland 2009
Landkarte von StepMapStepMapbeliebteste Vornamen je Bundesland 2009



El tema, como os podéis suponer, me tiene intrigada. Porque mis hijos no se llaman Kevin, ni Mandy pero tienen unos nombres raritos e impronunciables para los alemanes. Y encima son extranjeros (sí, cada dos días en Radio Noticias se encargan alegremente de recordarme que mis hijos tienen el doble de probabilidades de que les vaya mal en la escuela).

No me pienso tomar la cosa como una profecía, ayer tuvimos la primera reunión de padres en la escuela y me llamó la atención la poca presión que aparentemente ponen a los niños y el espíritu de "buenrollismo" que quieren comunicar. Por supuesto eso no me cuadra con una tozuda realidad en la que dentro de cuatro años, más de la mitad de la clase de mi hija no recibirá la recomendación para ir al equivalente del bachillerato sino a un ciclo profesional.

Que no se me malentienda: soy la primera que creo que lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta. Si mis hijos no valen para estudiar, prefiero tener en casa una buena peluquera y un buen fontanero, formados como se forman aquí en la práctica de su oficio. Pero también soy consciente de que a muchos de esos niños que no estén claramente con los dos pies en uno de los dos lados, el esfuerzo contínuo de sus padres es lo que les lleva para arriba en sus años de escuela. Y ayer salí con la impresión de que a los padres nos querían lo más lejos posible, salvo para poner pasta. De momento, me reservo la opinión hasta conocer mejor el sistema.

lunes, agosto 23, 2010

¿Qué ha dicho usted de la edad?

Esta claro que no, que no me puedo permitir ponerme enferma, porque cuando eso pasa, te toma todo el mundo el número cambiado.

Estaba yo tan tranquila en medio del masaje que me habían recetado para recomponer un poco los maltrechos músculos del cuello, dándole charla a la masajista para que no se aburriese. Le digo que el médico me va a recetar gimnasia de mantenimiento para terminar de paliar el problema y ella me suelta, así sin anestesia, que claro "a mi edad" es normal que empiece a fallar la musculatura de la espalda y se den problemas del tipo del que he tenido si uno no está debidamente entrenado...

¿Cómo que a mi edad? ¿Pero qué dices? Si encima estoy mejor que nunca, que he aprendido a montar en bici y soy capaz de irme hasta el curro ida y vuelta y son 20 km...

Bueno, bueno, me calmo, me visto y me voy para la consulta del médico para que me firme el parte de la gimnasia. Y el médico, tres cuartos de lo mismo, que estamos en una edad muy tonta... Edad, oiga: la de Cristo más cuatro. Y orgullosa de ello.

Y digan lo que digan, para que lo sepan, sigo dando fiestorros en casa, unas fiestas locas y salvajes en que la gente se marcha a casa sin zapatos... ¿Cómo? ¿Que el otro día al contaros lo de la fiesta me olvidé lo de los zapatos? ¿Será cosa de la edad?

jueves, agosto 19, 2010

Varias caras, todas a mi ver de un mismo problema...

Lo que te pasa cuando no tienes tiempo para escribir regularmente es que algunos temas se van quedando en el tintero. Y finalmente un día te decides a resucitarlos porque ves que la idea que subyace en todos esos temas, en el fondo, es la misma: que cada vez nos dedicamos menos tiempo, dedicamos menos tiempo a nuestra humanidad, a lo que nos hace personas.

Empecemos diciendo que en casi todas estas noticias lo que me llama la atención es cómo se desarrolla el debate (o en algunos casos, la falta de debate) en el periódico. No sé si empezar por orden cronológico directo, inverso o no seguir orden alguno:

Empecemos pues, con la historia del llamado azafato impaciente. Os cuento, un auxiliar de vuelo de una compañía aérea yankee después de intentar mediar en la disputa entre dos pasajeros recibe un golpe en la cabeza y encima le insultan. Decide autodespedirse de manera rápida y baja del avión por la rampa de emergencia con una lata de cerveza en la mano. Lo que más me impresiona en toda la noticia son los comentarios: la gente parece estar hasta el gorro de que la traten mal, tanto los que atienden como los que son atendidos.

Siguiente en la frente, esta me la he encontrado hoy mismo en el periódico y va de hijos que pegan a sus padres. Vuelvo a centrarme en los más de 200 comentarios que la acompañan donde el eco más predominante parece ser la apología del guantazo a tiempo. Vuelvo a detectar demasiada crispación pero también veo que la gente está harta de sentirse agredida (y a la vez, no aguanta ni un pelo).

Claro que para crispada, la americana de los nuggets de pollo. En este caso es que sobran los comentarios.



Para crispación comparable, pero más calmada, la mía, que desde hace como tres semanas en El País tienen en portada en el apartado de salud esta nota de prensa sobre la mortandad en el parto en casa. (Os cuento, aunque no sea el tema del que estoy tratando, que en el estudio incluyen todo tipo de partos, incluídos aquellos de niños prematuros que nacen sin dar tiempo a su madre a desplazarse a un centro sanitario. Eso, señores, podrían igualmente no haberlo calificado de parto en casa sino de accidente doméstico. Igual hubiera sido para clamar al cielo).

Por último, la noticia que me hizo empezar con toda esta cadena que parece de momento un despropósito: El Parlamento Británico ha realizado un estudio indica que la homeopatía carece de base científica. Y aquí vienen el primer comentario en el que me fijé: un doctor que afirmaba que a él le parecia muy bien que "un grupo de memos (y cito de memoria conservando el espíritu aunque no las palabras) se medicase por su cuenta, puesto que así su consulta quedaba libre para aquellos que verdaderamente estaban enfermos y la necesitaban".

Y es que, salvando por el tono (el hombre podría haberse ahorrado el insulto y el retintín de superioridad), da en el clavo. La mayoría de las enfermedades, de los impedimentos de la sociedad moderna, parecen ser más de tipo psicológico y social que de tipo patológico. Yo no creo en la homeopatía, pero sí en algunas otras terapias algo "alternativas" para casos de enfermedades del alma. Y me parece que los terapeutas naturales tienen algo que los médicos han perdido: capacidad de escuchar y tratar al paciente globalmente. Algo que hacen las comadronas que realizan partos en casa y que no se permiten el lujo de hacer en los hospitales: la capacidad de establecer un vínculo humano. Una capacidad, que a juzgar por la manta de comentarios en todas las noticias anteriores, necesitamos recuperar urgentemente.

Y al médico, dejemos que vaya el que de verdad está enfermo.

miércoles, agosto 11, 2010

Primera semana de curso

Hace mucho tiempo que no os cuento una batalla de las nuestras (alguna tengo guardada de las semanas que he tenido prohibido el ordenador, pero como van sobre viajes y como podéis ver por el título, aquí se nos han acabado las vacaciones). Así que vamos a contar la historia del principio del cole de SG.



Estaba yo allá por mayo tan contenta de que en nuestra casa somos ateos, gracias a Dios y además el ambiente que nos rodea es más bien laico (es lo que tiene vivir en una zona en la que conviven dos o tres religiones no mayoritarias, que la cosa se hace mucho menos de notar) con lo que nos habíamos librado del conflicto de la Primera Comunión a lo Barbie Superstar. No se me malentienda que contra el sacramento en sí no tengo nada, pero contra el carnaval de Río que se monta en España, donde un 80% de los niños no vuelven a pisar la iglesia hasta el día se su boda, sí que tengo mucho. Pero hoy hablamos de otro tema...

Como iba diciendo, tan tranquila estaba y entonces fue cuando nos invita a tomar café la madre de unos compañeros de guardería de SG y entre pastel de cereza y helado, me pregunta a bocajarro que cómo vamos a celebrar la entrada del colegio. Mi gozo en un pozo. Me informan que aquí el primer día de colegio es muy importante, que los niños van a una ceremonia en la escuela con lo que llaman una "Zuckertüte", que se podría traducir como "bolsa de azúcar" y luego se hace una fiestecita para celebrarlo... Y de propina me cuenta, que me olvide de salir del paso con los restaurantes, que en esa fecha están las mesas reservadas desde que dan la fecha de entrada.

Vale, confieso, yo pensaba que no me dejaba influir por las costumbres sociales: comulgué y me confirmé porque creía en ello pero cuando dejé de creer no seguí únicamente por hacer el paripé, me casé por lo civil e hicimos una ceremonia hippie que organizamos nosotros mismos y ahora que tenemos Supernenes, hacemos las cosas típicas para los críos en Navidad o Halloween, pero más porque nos gustan las fiestas infantiles que por ganas de quedar a la altura del vecino. Pero cuando le ví la cara a la Superniña supe que estábamos abocados a montar un pequeño fiestón.



Así que la semana pasada, que fue el día del comienzo del cole aquí en el estado en que vivo, me pasé las noches enteras cocinando para hacer un menú para veinte personas casi como el de las bodas de Camacho: carne al grill, bastoncitos de verduras con salsas, ensaladas varias, gazpacho, fiambre, magdalenas, tartas, galletas y bombones hechos en casa...





La primera en la frente, habíamos preparado una merienda en el patio y dos días antes del evento, cambió el tiempo para mal. Desde entonces, el sol aparece en horas limitadas y hay unas tormentas de encerrarte dentro del armario. Tras una consulta popular, decidimos que seguíamos adelante y montábamos el chiringuito en casa (menos mal que el salón es enorme). Al final además, mucha gente iba a venir sólo por un ratito, así que no pasábamos de tener más de diez o doce personas juntas.

Por si fuera poco, los Superabuelos se vinieron todos a participar, pero mi pobre Supersuegra agarró un catarro en el avión y se pasó toda la ceremonia en cama. Y yo a todo esto sigo convaleciente de mi espalda, bastante mejor, pero todavía a veces se me pinza el nervio tonto y paso un par de horas jorobadas (menos mal que toda la semana pasada, aguanté el tirón).

Y como no hay dos sin tres, la famosa Zuckertüte, que viene a significar "bolsa de azúcar". Se trata de un cucurucho de papel, que los niños que entran en la escuela llevan para distinguirse de los otros (en las fotos de la tarta de arriba, se ven los muñequitos que para mí siempre serán "clicks" con la bolsa en cuestión). El cucurucho en cuestión va relleno con pequeños regalos y golosinas... Y el problema surgió por el tamaño y porque a SG le han prohibido o por lo menos mandado reducir las chuches... Hacéos a la idea del tamaño del "cucuruchito" en cuestión (lo que se ve detrás es un trozo de la propietaria y os puedo asegurar a los que no la habéis visto en persona que es tirando a grandota):



¿Cómo llenas un tocho semejante sin usar ni un caramelo? Al final entre el papel de periódico y otro tipo de cositas conseguimos hacerlo, pero de todos modos, las bolsas que trajeron otros amigos como regalo no habían pasado el fino tamiz de los padres de la criatura y nos hemos juntado con una bolsa entera llena de caramelos, que por supuesto ahora que la niña no los debe comer, sobran en casa...



En fin, en la próxima fiesta que organice supongo que habrá piñata...


El día en cuestión fue muy tranquilo, la ceremonia en el colegio me gustó: mi Supersuegro la definió con mucho acierto como una ceremonia hecha por niños y para niños. Los mayores del cole (10 años) le dan la bienvenida a los pequeños que entran (6 años).

Y poco a poco hemos superado también la primera semana de escuela, con algunos sobresaltos, como el día que le pedí a SG que preguntara una cosa a la maestra y se echó a llorar desesperada porque "no se atrevía" (e inmediatamente el berrinche me lo cogí yo, completamente angustiada pensando que a la peque le iba mal en la escuela... después lo hablamos y decidimos que ella necesitaba más tiempo para confiar en su maestra, pero que le había pasado lo mismo con la del Kindergarten y al final había ido todo bien) o el día que perdió la tarjeta de la comida (no será lo último que perderá supongo, tiende a ser despistada, como sus Superpadres).

Ahora nos queda entrar en la rutina del curso escolar, ajustar horarios, esperar a las vacaciones (ay, ese es tema para otro post, a partir de ahora las vacaciones no las podremos hacer cuando nos de la gana sino cuando den las del colegio, con todos los hoteles, viajes, etc, el doble de ocupados y el doble de caros...). Pero el tema de la fiesta está solventado... al menos hasta dentro de dos años, cuando SB también entre en el colegio.

domingo, agosto 08, 2010

Desnuda (por un par de buenas causas)

Me ha costado mucho tomar la decisión de desnudarme frente al mundo y no, no va a ser por una buena causa, va a ser ¡por dos!

En el fondo quiero mostrar mi apoyo a los que el otro día decidieron quitarse el bañador en la piscina de la Universidad Complutense. Y no tanto por el hecho de practicar también el nudismo, sino porque leyendo los comentarios que había a la noticia en los distintos periódicos nacionales en los que la pillé, te das cuenta de lo asilvestrados que seguimos estando por nuestros lares. En Alemania del Este nos vamos a bañar a un lago donde los de al lado puede que lleven bañador, o puede que no. Y no pasa nada. Al final del día no os podría decir si la gente que se nos puso al lado llevaba o no llevaba traje de baño. Ojalá pudieramos todos tener una actitud tan natural ante el desnudo como la que se tiene en este sitio.

Mi segundo caballo de batalla tiene también una cierta componente exhibicionista que va bien con lo de posar en cueros (o al menos, al decir de muchos de los comentaristas de los diferentes medios de comunicación que se han echo eco de la semana mundial por la lactancia). Vuelta a encontrarme comentarios que me dejan el alma a la altura de los callos: que si es una guarrada, que si se encuentran incómodos viendo un pecho, que si las madres que damos pecho somos unas talibanas que perseguimos a los que no lo dan...

Cualquiera que lleve tiempo por aquí sabe que esta santa mujer es menos sospechosa de talibanismo que de haber matado a Kennedy. Pero también sabéis que prefiero ponerme una vez colorada a ciento amarilla y por eso no dejaré de repetir en tono muy rotundo que la lactancia materna es lo mejor para los bebés. Lo que pasa (y perdonadme si soy clara como el cristal, pero tonterías las justas) es que hay gente en España que se toma una afirmación neutra, basada en hechos comprobados como la anterior como un agravio profundo.

Pero por si acaso viene gente nueva repito todo lo que me habéis escuchado decir otras veces hasta la saciedad: la lactancia para mí no fue esclava (me parece mucho más esclavo salir de casa con veinte paquetes de polvos y un termo de agua hervida), se presentan problemas (grietas, obstrucciones, mastitis, enfermedades que requieren antibiótico, etc) pero con un poco de buena voluntad y adecuada ayuda médica se solucionan (quizá es eso lo que se considera "talibanismo", indicar que algunos profesionales de la salud, no todos, necesitan reciclaje), no tiene que doler ni hay que sufrir y si lo haces es por algún problema al que se le debe dar solución, todas las madres tenemos suficiente leche salvo casos muy puntuales (en los pueblos, en la época de mi abuela, rara era la que no conseguía dar el pecho y no creo que en dos generaciones hayamos sufrido una mutación en que el 30% de la especie se vuelve inútil para su función natural... por cierto, a la que no lo conseguía se lo criaban muchas veces vecinas que habían tenido un crío en la misma época, cosa que en estos tiempos del cólera, como el amor, no está recomendado sin saberte los antecedentes médicos de la madre) y sí, el mundo es mi sala de lactancia porque las Supermamás y los Superbebés somos gente inquieta, de estar por ahí con los amigos y no quedarnos en casa (dar el pecho no es "antihigiénico", ni contamina, ni deja más residuos externos de aquellos que deja sacar un biberón de leche y contra lo segundo jamás he escuchado ninguna queja)...

Y todo esto lo digo con conocimiento de causa porque de lo que sí soy seguro culpable es de dar de mamar a destajo

Aunque soy una radical pendenciera, defensora de causas perdidas, reconozco que intento ser lo más tolerante posible con el prójimo y hasta reconozco que a pesar de que creo que los otros son los que tienen el problema, puedo ayudar a ser parte de la solución: no me importa bañarme desnuda en un area limitada para nudistas, ni dar el pecho en una sala de lactancia, siempre que haya una de las dos cosas acondicionada cerca de donde esté. Tampoco es que la pida en todos los lugares, me basta en aquellos con una densidad de población suficiente como para cubrir la demanda. A lo que me niego, por ejemplo, es a dar de comer a mis hijos en el baño porque a alguien le moleste verme el pecho. Os juro que tengo fotos y fotos de los enanos comiendo, nadie avisaba de que iban a tirar la foto y en ninguna se ve nada (con lo cuál deduzco que para darse cuenta hay que fijarse mucho, pero que mucho... y para ver teta en lugar de cabeza de niño, hay que fijarse pero mucho más).

Bueno, y sin más, paso al prometido despelote que me puedo permitir, como Jesús Vázquez hace poco, porque llevo toda la semana a yogur y lechuguita para poder hacer este posado y tengo un cuerpo como el de Angelina Jolie, sin ir más lejos ;). Espero que os guste (y que el blog no se me llene de gente buscando otro tipo de foto):

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