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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

jueves, septiembre 30, 2010

Adios a otros ojos azules...



Se ha muerto, probablemente, uno de los primeros hombres que amé. Adiós, ojos azules, nos veremos en la pantalla algún día de éstos.

martes, septiembre 21, 2010

Desmontando la emigración

693 comentarios tiene este artículo. Ni más, ni menos... y parece ser la tendencia de todos los de el especial sobre la situación de los jóvenes en España que ahora mismo está haciendo el País... Aparte me ha llegado por diversas fuentes (amigos, amigos de amigos, prensa europea, clientes...) la preocupación sobre el estado actual de la economía en España.

Pero de verdad que no puedo con esas categóricas respuestas que le dicen muy llenas de razón a la muchacha del primer artículo que lo suyo es quejarse de vício y la solución está al alcance de su mano: emigrar.

Siempre tiendo a desconfiar de las manifestaciones anónimas que se hacen por internet (incluídas las que yo hago, SW no deja de ser una imagen parcial y edulcorada de lo que pasa por mi mente y mi casa). Y todavía más cuando leo comentarios tan categóricos como que "hace x años que salí de España y nunca he vuelto la vista atrás".

Y es que me parece que semejantes comentarios sólo pueden proceder de la jactancia más absoluta o de personas con una cierta tendencia sociópata que no han tenido en la vida padre, madre o perrito que les ladre... porque reconozcámoslo, hasta el sol y la comida se pueden remplazar o sustituir en la mayoría de los casos por otros incentivos: pero la familia no. Los padres se quedan atrás y aunque sé que es ley de vida que se hagan mayores, te preguntas siempre qué va a ser de ellos, si no estás cargando demasiada responsabilidad a tus hermanos... por sólo mencionar uno de los problemas que trae el hacer la maleta definitivamente.

No sólo eso: la flexibilidad tiene un límite. Está bien mover el culo de un lugar a otro del planeta siguiendo el flujo del trabajo porque quieres ser una persona útil cuando tienes veinte o treinta años y toda tu vida cabe en un par de maletas. Pero arrastrar a dos niños y un perro (los dos primeros los tengo, el último no lo deseo, pero es por poner un ejemplo) a semejante aventura deja de ser apetecible en determinados momentos: tengo la idea de que los niños necesitan una cierta pertenencia para crear una personalidad fuerte, lo que se llamaba antes unas "raíces". Tal vez me equivoque en ello, pero la reacción de SG cuando hicimos la última mudanza me convenció de que habíamos llegado al punto en el que cada nueva mudanza iba a ser más traumática que la anterior. Así que me planto.

Y esta es sólo la punta del iceberg, la que queda después de pasar los años de adaptarte a otro idioma, otra comida, otra cultura, otra manera de hacer las cosas (que no es por desanimar, pero no todo el mundo sobrevive con humor y ánimo intactos al proceso). Aclarando, por último, que en "el extranjero" tampoco regalan nada: oportunidades hay, pero hay que lucharlas de la misma manera que se lucharían en España (o tal vez más, porque hay que hacerse con todos esos cambios que os contaba antes mientras las luchas).



Y esto os lo confiesa una emigrada económica (o más bien, tecnológica, reconozcámoslo, que sé que en España ni SM, ni yo nos hubiéramos muerto de hambre, pero tampoco hubiéramos podido aspirar al curro que hoy en día tenemos) que ha visto tanto mundo casi como los famosos baules de la Piquer... vamos, que creo que experiencia en el tema la tengo sobrada.

Yo he decidido quedarme aquí, eso es lo bueno. Y la pena es que haya otras personas que no puedan decidir quedarse en su tierra... nada que no sea una decisión propia, puede calificarse como bueno.

domingo, septiembre 19, 2010

De Pixar ya os he hablado...

... pero no me acuerdo si alguna vez he confesado mi admiración en el estudio por el genial Hayao Miyazaki (Sensei, por supuesto) de Gihbli Studio. Cualquier película que pilléis supongo que será recomendable, pero tengo debilidad por "Mi vecino Totoro", primera peli que ví en japonés (con subtítulos, claro ;)). La podéis ver acompañados de niños de cualquier edad, porque es una película "limpia", de esas que ni siquiera dan miedo...



Hoy ha sido el primer día en el cine de Superboy y aparte de que había gente, no podía haber dado con mejor cartelera:



Crecen muy deprisa y aunque como ya he aclarado la melancolía es inevitable, también el orgullo de poder compartir todas estas cosas con ellos lo es...

miércoles, septiembre 15, 2010

Letting go

Cuando escucho esta canción siempre termino como una Magdalena y esta no es una excepción. Como la mayoría de las canciones de Abba, la música es de los dos chicos, pero la letra la escribio Agneta, la rubia del grupo, dedicada a su hija Linda cuando tenía más o menos la edad que tiene la mía. Se comenta que la separación final del grupo no se debió tanto a las desavenencias de pareja del grupo, como a la decisión de esta chica de "volver a disfrutar de la normalidad".



SG se hace mayor. Hoy la veía marcharse con su cartera hacia el cole, dejándonos atrás a su hermano y a mí y no podía evitar acordarme de esta canción y pensar que el ahora es lo único que tenemos y hay que dejarlo escapar... pero muchas veces no se puede evitar una especie de pequeña melancolía al pensarlo.

Ella se va tan feliz a la escuela ahora
diciendo adios con ausente sonreir
alli se va y en mi siento una tristeza
algo que me hace percebir...
Aun me pertenece, pero menos
en ese mundo de su candidez
(se me esta escapando)
feliz de compartir aun su risa
y toda su ninez
Se me esta escapando al crecer
?Como lograr que se detengan
hoy los minutos?
Se me esta escapando al crecer
su gran fantasia cuidare
y cuando la voy descubriendo...
sigue creciendo
Se me este escapando ya lo se
Hay en las dos ella y yo sueno al desayuno
y, sin querer, dejo al tiempo transcurrir
Cuando se va siento en mi alguna melancolia
cierta culpa que no se fingir
?Por donde estan aquellas aventuras
y los lugares que vamos a ver?
(Se me esta escapando al crecer)
algunas pocas cosas disfrutamos
hay tanto por hacer
Se me esta escapando al crecer
?Como lograr que se detengan
hoy los minutos?
se me esta escapando al crecer
su gran fantasia cuidare
y cuando la voy descubriendo...
sigue creciendo
se me esta escapando ya lo se
Si yo pudiera congelar la imagen
guardar el tiempo y su capricho en mi
(Se me esta escapando)
Se me esta escapando al crecer
Ella se va tan feliz a la escuela ahora
diciendo adios con ausente sonreir...

domingo, septiembre 12, 2010

Soy mi peor enemiga

Apuntes de ese libro que he asumido que jamás escribiré por falta de tiempo...

Cap I: A Ubermutter no me gana nadie, ni siquiera las alemanas

El término lo he robado de aquí y describe a la perfección esa idea tan alemana de que las madres somos como burros de carga que pueden con todo y con más.
La historia comienza hace dos viernes. SW agotada sale del trabajo con un tirón en la espalda y el "pie abierto" (lo tengo así desde hace años por problemas en la curvatura del pie). SW evalúa la conveniencia de irse directamente a casa y pasar de la sesión de zumba que tenía planeada, sobre todo porque mañana hay "soiree" en el cole de SG y toca llevar pastel (por supuesto, hecho en casa)... Ah, por si alguno se está preguntando lo que es la zumba, se ve más o menos así...



Por supuesto, SW decidió no pasar de la sesión de zumba, llegar a casa, acostar a los Supernenes y ponerse a cocinar la tartita de marrás porque cuando una vale, es que vale para todo y a "madreamantísimaalemana" no me gana nadie, que los de la aldeíta somos como los de Bilbao, nacemos donde se nos pone... pero eso es asunto para otro capítulo.

Cap II: El asunto de la pasta frola
Lo de las tartas para el colegio también tiene su miga. Una vez cada trimestre, más o menos, nos piden de la guardería que contribuyamos generosamente para cualquier tipo de proyecto y hacen lo que se hace normalmente en Alemania para recaudar fondos: un "Kuchenbazar" o lo que es lo mismo, vender tartas en la calle. Por supuesto, las "Übermutters" contribuímos con las tartas. Y cada hija de vecina tiene su "receta" particular, esa que le sale divina de la muerte y como de pastelería... salvo SW, que sigue en busca de esa receta en particular.

Así que como siempre, SW pidió ayuda por internet y un pajarito (asias, asias, asias) le sopló que la "pastafrola" era algo fácil de hacer, vistoso y que cundía hasta con dos manos izquierdas y las agujetas de volver de zumba. Así que decidió probar. Para su delicia, la pastita se prepara en un momento y se extiende más fácil de lo que ella pensaba. Lo único es que como no había carne de membrillo, se puso a hacer crema pastelera a las nueve y media de la noche...

Pocas veces, desde que entró hace dos años en la Supercasa, ha fallado la thermomix más estrepitosamente. La supuesta crema estaba más líquida que un batido. Venga a añadir maicena, venga a volver a cocer... aquello seguía líquido. SM bromea con la posibilidad de descongelar una tarta de una famosa casa de muebles sueca que lleva algún tiempo en el congelador y nuestra heroína se lo piensa seriamente... hasta que cae en la cuenta de que tiene por el armario un sobre de polvos para hacer flan BIO y por fin aquella masa negra sale de la thermomix con aspecto de crema pastelera.



Por cierto, os dejo la receta de la masa, porque me imagino que con las indicaciones que he dado, la del relleno como que mejor no se la recomiendo ni a mi peor enemiga. Eso sí, la tarta quedó de muerte y se vendió en su totalidad (8 porciones). Entre todas las Übermutter de la escuela hemos sacado 650 euros que se dedicarán a acciones caritativas.

Cap III: Las aventuras de una ejecutiva poco agresiva

Toda la semana siguiente nuestra heroína se la pasó de cursos... lo cuál suele ser relajado si no fuera porque ELLA era la que daba las clases. Dar un discurso de una hora ya te suele poner nervioso; cuando el tema lo dominas únicamente a medias porque llevas poco tiempo, el nerviosismo crece... Si encima es en un idioma que no es el tuyo, aquello roza el borde de la histeria.

Tomas un tren en tu aldea a eso de las siete de la mañana (para lo cuál has tenido que levantarte a las cinco, porque es más difícil llegar de casa a la estación que de la estación a cualquier lugar civilizado). El lugar de la conferencia está en el quinto congo y SW ha hecho voto de reducir su huella medioambiental y gastar la menor energía posible. El apeadero queda a tres kilómetros del hotel pero se los hace andando (ha tenido la previsión de llevar unos zapatos planos). Por fortuna la amenaza de lluvia se mantiene en eso. Cuando llega al hotel, corre al baño de señoras a limpiar la maleta de barro y cambiarse los zapatos... Un ser extraño está frente a ella y tarda un poco en comprender que "aquello" es lo que la mira desde el espejo... Cinco minutos y dos capas de titanlux más tarde, SW vuelve a parecer ella.

A todo lo contado anteriormente, hay que añadir la obligación de hacer tres veces al día aquello de la niña del exorcista para el dolor de cuello...



A veces ser la única mujer en toda la conferencia tiene sus ventajas, puedes hacer tus ejercicios en el baño de señoras sin que nadie te moleste.

Y la noche pasada en Hamburgo, de lo mejor. Le dicen que el modo de llegar hasta el hotel es agenciarse un taxi, pero como ella es bruta, señores, decide que se va en transporte público y la señorita de la ventanilla de información colabora al darle la ruta a medias. En mitad de un sitio desconocido en ninguna parte, con un ancianito borracho orinando en plena parada, nuesta heroína decide salir corriendo y abordar a dos colegas con chandal que tampoco es que tuvieran mejor pinta pero al menos no estaban meando en plena calle. Ninguno parece tener idea de por donde queda el hotel pero al menos saben que no es para el lado para el que ella está caminando. Cuando va para el otro lado, escucha gritos detrás de ella. Uno de los colegas del chandal, que vuelve, que se ha acordado, que es por la calle por la que ella iba a tirar, sí, pero a eso de dos kilómetros.

Por si acaso volvían a entrarle tentaciones al borrachillo de mear en la parada, SW decidió hacer los dos kilómetros a velocidad de crucero, andando y todavía con los tacones puestos. El hotel le pareció lo mismo que el Xanadú celestial. Y además le subieron una almohada plana sin coste adicional.

Cap IV: La auditoría inaudita
Y ayer para culminar la semana, tocó la primera auditoría como "trainee auditor". Todo transcurría más o menos de manera normal (ver, oír, callar, hacer preguntas a la compañera que llevaba el liderazgo) hasta el momento en que el Manager de Q(uality) de la empresa dice que el siguiente auditado "está haciendo un grill". SW se piensa por supuesto que aquello es una expresión coloquial, más o menos lo que en España significa "estar a por uvas". Pero no. Están haciendo un grill de verdad. La empresa entera. Han montado una mesa de picnic y una parilla portatil en la entrada y están asando salchichas literalmente. La cara del compañero de Q es un poema. Las dos auditoras intentan mirar disimuladamente por la ventana para evaluar que hacer en la situación. Lo resuelve el jefe de la empresa, que no se corta ni un pelo y sube un plato de salchichas con ensalada de patata para cada una.

Cap V: Lo dicho, para bruta, yo
Y aunque SW quisiera estar durmiendo desde hace horas, SM se ha marchado para toda esta semana y mañana vuelve a haber sarao con la escuela (la suerte de haber caído en una clase muy activa). Así que ha tenido que cocinar tortilla de patata para el picnic (dos veces, la primera las patatas se le han hecho puré en la thermo... una variedad nueva, más blandita de lo normal), magdalenas para los desayunos, sopa de cebolla para el lunes y nuggets de pollo, porque sobraban unas pechugas por ahí. Y entre medias se ha ventilado dos entradas para el blog.

Pero ahora mismo se va a poner un trago de wodka de la pradera (un wodka de hierbas riquísimo que le trae una amiga desde Polonia) y terminar de disfrutar los diez minutos que quedan para el final de la sopa mirando fijamente la estrellas sin hacer NADA... porque se lo ha ganado ;).

sábado, septiembre 11, 2010

Fuego en el cuerpo

Como últimamente vivo fuera del mundo, no me dió tiempo a comentar la que se había montado en Nueva York porque supuestamente se quiere construir una mezquita en la Zona Cero (y digo "supuestamente" porque ni se trata de una mezquita, ni está exactamente al parecer en donde cayeron las Torres Gemelas, sino unas manzanas más allá). Lo cierto es que tampoco tenía mucho que comentar. Simplemente me pareció que para las familias de aquellos musulmanes que murieron en el atentado, que supongo que no serían pocos, el hecho de que exista esta polémica me imagino que se siente como un insulto.

Pero sin duda en un día como hoy no podía dejar de comentar el circo que ha montado en su torno el payaso este.

Me mato (figuradamente) por enseñarle todos los días a los Supernenes lo que es para mí la tolerancia: es decir, respetar al otro aunque no te guste un pelo lo que está haciendo. Y dejarle libertad para hacerlo, si es que lo que hace no es abusivo contra él, ni contra los demás (incluso en el primero de los casos, soy partidaria de que la intervención no vaya más allá de la palabra... allá cada cuál para hacer lo que quiera con su vida). Pero contra esta manta de impresentables intolerantes de uno u otro signo, es que no puedo, no puedo... Pero supongo que si toda esta gente existe es porque hay alguien detrás que les cree, que les apoya, que les "ríe la gracia"...

Ojalá un día de estos toda la gente buena que hay por el mundo les pueda callar.

domingo, septiembre 05, 2010

El vuelo a Berlin es en la otra puerta...

La verdad es que lo que tiene viajar en avión es que será todo lo rápido que se quiera, pero del viaje siempre te traes alguna anecdota (alguna de ellas de éstas de no contar en público).

Hombre, las más de las veces la cosa se solventa con un "pequeño retraso". Las companías aéreas suelen tener imaginativos medios de conseguir que la gracia no sobrepase en el papel más de dos horas (porque me parece que a partir de ahí tienen que pagarte el bocadillo) como meterte en el avión y llevarte a conocer medio aeropuerto o mosquearte metiendote en la zona de embarque y comprobando los billetes sin que llegue a presentarse el avión. De todas maneras, hay momentos en que no pueden evitar tener que pagarte el sandwich... si eres capaz de reconocer tu vuelo, claro...



Y conste que pienso que no todo el mundo tiene por qué conocer la lengua de Shakespeare, eh, pero es que no dar ni una letra, cuando las pantallas de anuncios del aeropuerto están a dos metros del restaurante me parece irse al otro extremo.

Por no hablar de que con niños, siempre tiene uno historias que contar. El último vuelo que hicimos desde la Aldeíta hacía escala en un aeropuerto alemán para llegar a Madrid. SB se hace amigo de otro rubio con pinta de travieso, como él, sólo que del tamaño aproximado de SG. Los dos se persiguen, corren por la sala de estar, se lo están pasando bomba... De repente se me acerca mi hijo: ¿Mamá, nosotros vamos a España? Sí hijo, a España... El peque se retira con cara de pocos amigos y yo me pregunto que qué mosca le habrá picado. Le veo conversar con el otro niño y volver hacia mí. Al minuto, el otro rubio sale detrás de él, gritando para delicia de la media sala de espera que lo entendió: "Que sí, que vamos juntos, que España es la capital de Madriiiiiiid". Si todos tuvieramos semejante actitud ante la vida, se acababan los nacionalismos.

Y si no, siempre te queda descubrir las múltiples ideas de negocio que surgen en los aeropuertos. Encontrado el otro día en el de Berlín-Schönefeld:


Lo flipo. ¿De verdad la gente se dedica a estos menesteres en los aeropuertos o es que el famoso "Mille High Club" tiene muchos más miembros de lo que se dice.

En fin, que en realidad, la del domingo hubiera sido dentro de lo que cabe una anécdota graciosa y no demasiado fuera de tiesto, de no habernos pillado en un viaje relámpago a España en el que volvíamos ya relativamente tarde y con pocas ganas de jarana.

Pregunté mientras dejábamos las maletas si el avión llevaba retraso (porque siempre hay que dosificar el entretenimiento de los Supernenes en ese caso). Contestaron que no, pero claro, nada más pasar el control de equipajes ya nos topamos con la señalita de que el vuelo llega al menos con media hora de retraso, lo que significa también retraso llegando a Berlín y llegar a la Aldeíta a... bueno, mejor no pensarlo. Para compensar, veo que la puerta de embarque pilla justo al lado de las magníficas instalaciones infantiles que hay en el aeropuerto de Barajas (a lo bueno que tenemos, hay que hacerle propaganda) así que me digo que por lo menos la hora que nos tenemos que tragar de espera hasta el embarque será entretenida. Pero nos topamos con el cartel que anuncia que a partir de las 20:00 horas el recinto está cerrado... Menos mal que quedaban diez minutos para pegar un par de carreras porque si no creo que hubieramos vivido un cataclismo (emocional, eso sí). Y que SM entretuvo la hora restante con una pelota fabricada del papel de plata que envolvía los bocadillos.

Media hora antes de que apareciera nadie, ya había gente haciendo cola delante del mostrador. Nosotros tenemos la suerte de tener embarque especial, por los niños, hasta que el peque cumpla seis años (privilegio que yo comprendo, sería mucho peor que alguien tuviera que aguantar a los supernenes tocando la marimba durante las tres horas de vuelo). Cuando anuncian por fin el embarque y las colas llegaron a su punto álgido, de repente cambian la pantalla encima de nuestras cabezas. Yo que estoy en primera fila, se lo comunico a los dos que se supone que hacían el embarque...

Pues nada, venga, que vayamos para la otra puerta... Por supuesto, el personal, "desbocaó". Carreras, gritos, empujones. Nosotros con toda la calma unos metros por detrás, vemos como la nube de gente que salía desde nuestra puerta se estampa contra otra nube de gente que corría hacia ella... Creo que más o menos eso es lo que tiene que estar pasando en el sincrotrón gigante de Suiza, pero con partículas mucho más pequeñas. Llegamos a la otra puerta con un pequeño retraso con respecto al grueso del pelotón... para comprobar que en ella no anuncian nuestro vuelo, sino uno hacia Hungría. Todavía con más retraso, llegan los dos chicos que se supone que se ocupaban de nuestro embarque: un minuto de intercambio de pareceres con sus compañeros y consulta a la computadora más tarde, nos anuncian por megafonía que la puerta de salida era la anterior. Vuelta a cruzarnos con los pobres pasajeros de Budapest, aquello ya parecía una "flashmob" patrocinada por Aena...



Para terminar de arreglarla, el mozo que volvió a dar la información por megafonía desde nuestra puerta de salida, se volvió a equivocar de número de puerta en inglés. Y yo que ya no estaba para pasar una (pues sólo faltaba que nos retrasasen más el vuelo porque uno de los de Hungría se nos colase) se lo advertí para que pusiera remedio...

Sí, claro, volar es un placer... cuando se hace en primera y uno puede usar los privilegios de la "bussiness lounge". Con el bajo coste, yo al menos me siento más como una borrega.
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