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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

sábado, mayo 23, 2009

¿Por qué me he pasado a Radio Clásica?

Ayer un inoportuno dolor de cabeza me impedía perpetrar la entrada de los viernes, esa en que quiero poner musiquilla para el fin de semana.

Os quería contar que desde hace un par de meses, en mi coche se escucha el equivalente a Radio Clásica. Una mañana me dí cuenta de que mis hijos no hacían más que repetir las zarandajas que el presentador de la radio de moda local soltaba. Y pensé que una de las cosas que más me duele en esta vida es la mucha incultura musical (entre otras) que acumulo. Y eso que comparándome con el grueso de mi generación no salgo malparada...

Así que, bien en radio, bien en CD, ahora en mi espacio particular se escuchan cosas como estas:





No es una decisión elitista. O al menos no pretende serlo conscientemente. Sé que no es la música de mis hijos (ellos descubrirán aquello que les gusta en el futuro), como tampoco es la mía, la de mi generación (esa tampoco se librarán de escucharla, puesto que en el coche familiar en los viajes cada vez elige uno de nosotros que CD se pone y los adultos llevamos nuestra ecléctica colección de recopilaciones variadas y autores que nos hicieron bailar y soñar en esos días mozos que empiezan a alejarse a velocidad de vértigo). Pero agradezco mucho a mis Superpadres el que me presentaran estos estilos musicales desde muy pequeña, algo que creo que ha contribuido a mi respeto y afición por escucharlos. Y pienso hacer la misma tarea con los Supernenes... para mal o para bien, podrá no gustarles Mozart, pero al menos habrán escuchado en su vida unas cuántas veces lo que él, Beethoven, Haydn, Albeniz, Gerschwin... y otros tantos que no menciono porque me llaman para comer dejaron como regalo para nuestros oídos.

Os deseo a todos un buen fin de semana.

jueves, mayo 21, 2009

Por esa chispa en los ojos...

Hace dos días que he vuelto a ir a la guarde de Supergirl a hacer experimentos con un puñado de niños de cinco años. Alguna gente me dice que estoy loca simplemente por intentarlo... pero los niños de cinco años son los seres más receptivos de este planeta: tocan, miran, preguntan, experimentan y te demuestran claramente lo que les gusta y cuándo están disfrutando. Con ellos (y con otros a los que acompañé en aventuras parecidas hace tiempo) he aprendido un par de cosas...

1/ Hay que darles cancha libre, usar un método completamente "hands-on".

2/ El recuerdo que les quede, les durará toda la vida y puede marcar su actitud ante la ciencia en general.

Los que hace tiempo que me seguís sabéis que de cuando en cuando (menos frecuentemente de lo que debiera) aparece alguna entrada por estos lares con el tag de "A vueltas con la ciencia". La razón de la falta de frecuencia suele ser que intento que esos post estén explicados al nivel de un niño de cinco años. Y es condenadamente difícil. Alguien me comentó una vez que si no puedes poner lo que estás pensando a ese nivel, realmente no lo entiendes. Cuando empiezo una entrada para vosotros, me doy cuenta de lo mucho que no he asimilado en mis años de calentar banco...



... ¿por qué sigo entonces con ello? ¿costumbre? ¿masoquismo? ¿de todo un poco?

Simplemente me gusta, fui una niña feliz a la que le permitieron usar una metodología "hands-on" y todavía recuerdo a aquellos señores que llevaron un planetario a mi colegio y me animaron a que si quería estudiara astronomía. Me acuerdo de ese Cosmos que te dejaba pegadito a la pantalla del televisor soñando con viajes extra-planetarios y con mundos pasados, presentes y futuros, macro- o microscópicos; o de mi seño Mari Tere, que explicaba como nadie por qué las dos bolas caerían y no caerían al mismo tiempo de la Torre de Pisa. Reconozco (y soy una yonki de esa sensación) que pocas cosas hay tan excitantes en esta vida como la chispa que te funde el cerebro cuando consigues conectar mentalmente aquello que llevabas tiempo intentando entender. Esa bombillita de los dibujos animados, esa idea feliz que te salva el examen (o el problema, o la entrada de ciencias...) en el último momento. Bueno sí, hay una cosa que supera con creces esa sensación: cuando alguien al que estás tratando de explicarle eso que tú has planteado lo entiende. Y entonces ves de repente ese brillo repentino en los ojos de un niño de cinco años que de pregunta: "Ésto es así, ¿verdad?". Y vuelves a casa pensando que quizá los doce años que te has pasado dedicada exclusivamente a esto, tal vez han merecido la pena, después de todo.

La imagen la he tomado prestada de la red ymipollo.

martes, mayo 19, 2009

Estrés... noooo, qué va...

Vaya, este video estaba programado para salir el viernes pasado pero falló... os lo pongo ahora, de propina.

Creo que el vídeo es suficientemente explicativo como para añadir más...


y además el hecho de que en él se nombre explícitamente en varias ocasiones a mi Superniño (vano intento de pararle) y hoy es viernes, me da una excusa para presentaros la banda sonora con la que he cubierto la superidentidad: la "Danza del Sable" de Khachaturian (no me puedo creer que esta pieza no tenga una entrada en la Wiki en español).



NB: Ningún niño pequeño, ni señor mayor, ni animal de compañía resultó herido durante la filmación de este vídeo... pero sólo porque a veces el destino es benévolo. Nunca, jamás, dejéis a los niños en la bici sin casco.

lunes, mayo 18, 2009

Se nos fueron...

pero nos han dejado un pedazo suyo:

Mario Benedetti



Antonio_Vega

lunes, mayo 11, 2009

Cindy et mua

Desde que mi nivel de grasas en sangre ha subido por encima de las tapias y me han recomendado que intente hacer más actividad física, he vuelto a recuperar algunas de las cintas de aerobic (grandes clásicos) que tenía por el armario. Intento compaginar las cosas para que el momento de mover el esqueleto no coincida con los Supernenes en casa, pero reconozco que es una de las pocas cosas que se puede lograr con ellos en casa (cualquiera que requiera un poco de concentración, olvídate; si se requiere hablar con otra persona por teléfono, tampoco; actividades peligrosas como cocinar u hornear están desaconsejadas si Superboy anda por el medio). Así que a veces, si la agenda del día no me lo permite de otro modo, pongo el video con ellos en el salón y les pido que "hagan ejercicio conmigo"



Bueno, nadie es perfecto y esta situación tampoco lo es. Empieza el vídeo, me pongo a moverme con la Cindy, intentando escuchar lo que me dice. Mi hija pregunta: "Mami, ¿por qué esta señora está en la playa?". Es una buena pregunta, ahí me gustaría estar también a mí... Cinco minutos, si es sólo el calentamiento, ¿por qué estoy ya tan matada? SG sigue todavía conmigo, pero SB ha perdido el interés y empieza a subirse por encima de los marcos de fotos (el salón es el único sitio suficientemente grande como para estar los tres). Intento bajarle de la repisa sin perder comba. SG que me ve y es una justiciera decide tomarse la tarea por su mano. Se lían, les separo entre subida de pierna y subida de pierna. Les mando al cuarto. Me dicen con lágrimas en los ojos que "Noooooo, que se van a portar bien". Bueno. Hemos empezado con las coces hacia atrás, tengo que flexionarme como alternativa a desarrollar ojos en el trasero para no llevarme a ningún niño por delante. Pero estos Supernenes son como los electrónes, por más que les digo que a ser posible intenten situarse en un punto donde pueda verles, ellos tienen una tendencia innata a estar ilocalizados... la Cindy me anima: vamos, vamos, que ya sólo nos queda el suelo. Me tumbo de espaldas: no he podido ni levantar la cabeza del suelo para iniciar la primera abdominar cuando noto una opresión en la tripa y una cabeza sonriente me aparece por delante: "Mami, hoppe, hoppe"... "Hijo, que ahora no es momento de hacerte el caballito, que mami intenta hacer deporte". Cindy sigue cambiando de escenario a velocidad vertiginosa sin perder comba en el asunto. Yo llego reventada y estresada al final... Y en ese momento ella suelta: "ya lo hemos conseguido, ahora que hemos trabajado un poco podemos dejar de sentirnos culpables". Pues no se yo... normalmente acabo estas sesiones con tal ataque de ansiedad que me tiro contra las chocolatinas, pero ahora que me lo han prohibido, a lo mejor es verdad que el ejercicio me hace sentir mejor.

viernes, mayo 08, 2009

Entre maletas y lios...

... para lo único que encuentro tiempo es para dejaros unos videos de algo que SB acaba de descubrir, que nos une a él y a mí y que me anima en momentos en que estoy triste: las grandes damas de la canción.

Con todos ustedes: "Dinah Washing y ton" (no, hijo no es "Dinah Washing", es "Washington"... pues eso "Washing y ton" :D)



Pienso presentarle también a Ella Fiztgerald...


a Aretha Franklin...


a Billie Holliday (cantando a uno de mis compositores favoritos)...



y por supuesto a Nina Simone...


Espero que realmente salga el sol... no sólo para mis vacaciones, sino para todo y para todos. Por cierto, yo canto como para salir corriendo, pero acompañar estas canciones en casa, a voz en cuello, siempre tiene un efecto anti-crisis, anti-shock y antidepresivo fulminante.

No os olvidéis de pasar por aquí, que os he dejado un par de entradas programadas para que no me echéis de menos mucho en las vacaciones.

martes, mayo 05, 2009

Los ladrones eran antes gente honrada...

Y antes de que nadie me vaya a meter un puro, no va por nadie en concreto y la idea no la tuve yo, sino el genial Jardiel Poncela.

Yo no lo creo. Hoy he tenido una señora tangana con Supergirl porque me ha escamoteado un paquete de chicles del bolso. La cosa no tendría más importancia sino fuera porque no es la primera vez que la pillamos metiendose en el bolsillo algo que no es suyo. Y quiero que si mis hijos se meten algo que no es suyo en en la talega, al menos reflexionen sobre el calado y las consecuencias de lo que hacen.

Yo estoy a favor del uso de las redes P2P, aunque quizá de un modo un poco diferente. Digamos que estoy a favor de bajarse material que nunca hubieras tratado de conseguir originalmente. Así se pueden dar casos en que alguna cosa que se baje por probar, termine gustando tanto que al final el pirata vaya a la tienda a comprar el original. O que antes de comprar un disco o un video en concreto, alguien se baje diferentes versiones a título de comparación. Y sigo convencida de que todas estas situaciones se evitarán cuando las relaciones entre creadores y público empiecen a basarse en la autodistribución por Internet, Creative Commons, etc...

Normalmente, mis patrones de compra son atrasados: espero a que la música que me gusta se pase de moda (total, Bach, el pobre, de sus derechos de autor creo que cobra bien poquito) y baje de precio para comprarla; con los videojuegos me ocurre lo mismo... tenemos un ordenador de hace diez años en casa, con su sistema operativo original para poder jugar algunas de las gangas que conseguimos por seis euros. También compro mucha música clásica a los propios artistas callejeros. Suelen tener recopilaciones estupendas de lo más conocido y me aseguro de que el contenido integro del beneficio va para ellos. Y sobre todo, tiro de la red pública de bibliotecas, que es estupenda...

Por eso lo que sigue a continuación (y agradezco a Neus y a Clares la alerta, vía foro u blog) me parece importante y destacable... porque creo que aquí la honradez sobre lo que hacen es algo sobre lo que muchos tendrían que reflexionar tanto o más que la Supernena (si yo fuera el letrista de Bisbal, estoy segura de que me estaría escondiendo en estos momentos debajo de las piedras, aunque al parecer se ha reculado ante la presión mediática, que una noticia así se publique da mucho que pensar).

Y sin más, le cedo la palabra a otro genial, José Luis Sampedro.



POR LA LECTURA

Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.

Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos.. Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.

Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo.

Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque:

a) obtiene algo a cambio.

b) es objeto de una sanción.

Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?

Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación?.¿Acaso dejaron de cobrar por el libro?. ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas?.¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.

Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.

¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

José Luis Sampedro


Si tú también estás contra el Pago por préstamo en bibliotecas, copia el banner, ponlo en tu blog, protesta, escribe, lo que quieras, pero no podemos dejarlo pasar sin hacer nada.

domingo, mayo 03, 2009

Dos años sin Maddie

Aunque realmente parecen más... Como madre de dos niños muy pequeños y persona interesada en el mundo del crimen real, este caso me tocó la fibra desde el principio. Y hoy me sigue dando muchas cosas que pensar, quizá porque en unos días yo también estaré con mis hijos de vacaciones en un hotel parecido a en el que ocurrieron los hechos. Y a todos los padres nos aterra que algo parecido nos pueda ocurrir. Repasemos la jugada por si alguno no sabe todavía (que lo dudo) de qué hablo...

Una familia británica de vacaciones en Portugal: padres médicos, gente de posición acomodada y tres niños, dos de ellos gemelos. La mayor, Madeleine, desaparece una noche sin dejar rastro. Presumiblemente, se dice al principio, secuestrada de la habitación del hotel donde dormía. Más tarde, la investigación policial apunta a los padres como sospechosos. Hace un año, el caso se archiva por falta de pruebas. Lo que era en principio un caso policial, se convertía poco a poco en un circo mediático en el que dos países se tiraban los trastos a la cabeza, sin importar demasiado el destino de la pobre niña pequeña que pillaban de por medio.

Lo único cierto es que si sigue viva (cosa que personalmente dudo mucho), dentro de poco cumpliría seis años. Los padres y los medios de comunicación están sacando una serie de retratos en los que los dos años de diferencia se tienen en cuenta. El que los padres acaban de desvelar me parece bastante mal hecho. En el retrato actualizado no se puede reconocer a la niña que desapareció y creo que a esas edades, aunque hay cambio, no es tan grande como para que se note tanto. Ayer estuve mirando fotos de mi hija, hace dos años y ahora, para tratar de confirmar esta impresión. E intentaba imaginarme cómo hubieran sido estos dos últimos años sin SG, sin poder acercarme a su cama cada noche para darle un beso, sin saber que estaba bien, protegida, feliz, segura, tranquila... Seguramente eso es el infierno.



Yo aún no sé qué que pensar de toda esta historia. Por una parte, la actuación de la PJ, la Policia Judicial portuguesa, me parece del todo correcta, dentro de los medios y la situación que se daba en aquellos momentos. Hay críticos que preguntan porqué se tardó tanto en aislar el cuarto en busca de pruebas (cuando por la habitación había pasado más gente que por el Retiro un día de fiesta). Tampoco entiendo las críticas, desde el Reino Unido principalmente, a que se considere a los padres y a su círculo como sospechosos. Estadísticamente es muy poco probable que un extraño se lleve a una criatura y normalmente suelen ser "crímenes de oportunidad" (es decir, los niños se encuentran con su captor por motivos circunstanciales). Los raptos deliberados, aunque son muy pocos, nos dan mucho más miedo por eso, por ser arbitrarios. Creo también que se ha hecho bien en archivar el caso, si realmente las pruebas que hay no son concluyentes, o no dan para arañar más el tema.

De todas maneras, una de las personas más cercanas a la investigación, el ex-jefe del equipo que la dirigía, no tiene una opinión muy favorable de la hipótesis del secuestro:



Este es otro documental en el que se examinan los hechos, desde otro punto de vista más favorable al secuestro:



La fama mediática de los padres de la niña es otro cantar. Yo, a título personal, no puedo creer que personas normales sean capaces de montar la que han montado si estuvieran los dos implicados en el asunto. Pero sí creo (también del mismo modo, es una impresión propia) que no han sido del todo sinceros en su relación con la policía portuguesa (conste que no estoy diciendo que sea deliberadamente, tratando de ocultar su culpabilidad en el asunto... hay muchos caminos que te pueden llevar a la mentira: miedo a que te quiten a tus hijos, sentimiento de culpa por haberles dejado solos, negación de una realidad que me molesta...). Lo cierto es que me dejó bastante atónita la cantidad de gente que defendía la actuación de estos padres dejando a tres niños menores de cinco años solos en una habitación de hotel por un tiempo tan largo (y os juro que no soy de esas madres que no pueden perder a sus hijos de vista por cinco minutos, pero yo con dos niños de esa edad, salía al sprint a tirar las basuras al patio, lo que me podía llevar todo lo más cinco minutos, por miedo a que en ese corto espacio de tiempo uno se me despertara y se montase un cirio capuchino). Y no, no es diferencia de culturas porque muchos amigos irlandeses comparten mi asombro. Pero tampoco puedo comprender otro tipo de críticas que tienen que sufrir estos dos señores sobre si son o no son suficientemente emotivos en público, o sobre si ella se quejaba en su diario de que la niña agotaba su energía (tres niños en menos de tres años... yo a ratos rezo por presentar a Herodes a los Supernenes, y son dos y algo más mayorcitos... del primer año con los dos juntos recuerdo ciertos momentos con una mezcla de horror y la bendita amnesia que borra nuestros peores momentos de la memoria... Desengañémonos, hasta las madres más benditas y pacientes que conozco, tienen tardes de gloria, en las que leer y criticar sus diarios sería deshonesto).

Dentro de un par de días está programado el estreno de un documental producido en cooperación con la familia y en cuanto esté disponible, pondré aquí el enlace para que se oigan los dos lados de la historia.

Actualizado: el documental de los padres.

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