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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

jueves, octubre 28, 2010

Proyectos con gafe

Lo sé, sé que soy una licenciada en Ciencias y no tendría que creer en ciertas cosas, pero hay veces que te preguntas si no será verdad que un pequeño gafe habita en algunos planes

* Lunes, última hora de la tarde: Mi compañera de despacho se despide de mí, se marcha al día siguiente a más de 600 km a ocuparse de un proyecto que ha llevado ella y del que algo sé, pero tampoco demasiado...

* Martes, media mañana: El jefe me llama urgentemente al despacho. La compañera está ingresada en el hospital y el cliente espera a alguien de nuestra empresa a la mañana siguiente. ¿Podría coger un avión y presentarme allí con mi otra compañera (JB, que tiene nombre de whiskey y nos está leyendo) para llevar el proyecto? Me parece algo precipitado, sobre todo porque no hemos preparado nada y sé de buena tinta que la compañera enferma lleva una semana entera preparando material. Tras una consulta con SM, el calendario está libre y si es necesario, puedo ir a ocuparme de la urgencia...

* Martes, hora de comer: JB y yo lo consultamos y decidimos intentar convencer al jefe de que la cosa sería mucho mejor si pudieramos prepararla con un poco de tiempo. El jefe nos responde que es "un proyecto importantísimo y que en el cliente hay un montón de personas movilizadas esperándonos". Además el material de la compañera enferma está al llegar. Vamos, que nos vamos...

* Martes, tarde: La paso leyendo el material de mi compañera y poniéndome cada vez más histérica...

* Martes, noche: Nada más llegar a casa, me doy cuenta de que me he olvidado la reserva del vuelo en el trabajo... llamo a JB para ver si ha volado alguna vez con la compañía aérea y con el pasaporte vale (en la página web dicen que no). JB me comenta que hay una posibilidad de descargarme mi correo desde casa... Lo probamos y no funciona. Cuarenta minutos (ida y vuelta) hasta el despacho para imprimir el ticket electrónico.

* Miércoles, madrugada: A las cuatro empiezo a preocuparme de que no suene el despertador, no puedo dormir.

* Miércoles, muy temprano: el parking de larga estancia del aeropuerto está en obras, sólo puedo dejar el coche en una sección donde la mínima estancia es una semana. No me da tiempo a preguntar si es correcto o no, simplemente aparco el coche y salgo volando hacia la terminal. Si hay problemas, a la vuelta ya lo arreglaré. Por supuesto, ni me piden el código para darme la tarjeta de embarque (estoy segura de que si no lo hubiera llevado, hubiera sido un problema). Pero para compensar, nos dan la fila número 13... Menos mal que en el vuelo más o menos nos da para poner un poco en orden nuestras ideas y más o menos nos vamos relajando.

* Miércoles, algo menos temprano: aterrizamos en Düsseldorf... el clima es de pena, está diluviando. La cola de los coches de alquiler es eterna. Tenemos una hora de camino y no sabemos si llegaremos. Cuando por fin estamos montando en el coche, JB ajustando los asientos y espejos, yo instalando el navegador, me pregunta ella: ¿tú ves el freno de mano? El coche es un modelo nuevo, nuevísimo y el freno de mano está escondido en el panel de mando... Lo conseguimos desconectar de alguna manera, pero en ningún momento fuimos capaces de enterarnos de como funcionaba.

* Miércoles, llegando tarde: el navegador se empeña en mandarnos a hacer recorridos turísticos alternativos por el centro de la ciudad (con un tráfico de muerte y la lluvia cayendo a cántaros). Total, llegamos media hora tarde a una cita a la que ya llegábamos tarde por las circunstancias (la compañera enferma iba a dormir en un hotel la noche anterior para empezar el proceso a las nueve, nosotros con el vuelo antes de las diez y media no hubiéramos podido llegar).

* Miércoles, en el cliente: Nada más llegar nos comunican que "parece haber un pequeño problema" y que la persona que nos tiene que dar la información no parece estar muy convencida de que mi empresa tenga que estar en el proyecto. Efectivamente, tras dos horas de discusión inútil, nos comunican que nuestros socios en el proyecto han "entendido mal" las intenciones del cliente (y una m... el cliente ha cambiado de opinión, pero podría habernos informado un poco antes y habernos ahorrado el viaje). Lo peor: empiezo a estornudar sin pausa, se me avecina un buen constipado.

* Miércoles, tarde: Perdida en el aeropuerto esperando el vuelo, haciendo lo que podemos hacer con el material que tenemos a mano.

Por fortuna pude recuperar el coche sin problemas, porque el constipado ha ido a más. Hoy me encuentro en casa, no por culpa de mi resfriado sino porque SB lleva una semana entera con problemas de estómago y le han prohibido los lacteos y no sabéis la que hay que organizar en este país para conseguir una dieta especial en la guardería...

En fin, no hay nada que no se pueda relativizar con un poco de buena música:

jueves, octubre 21, 2010

Estas máquinas tan malvadas...

Lo siento, pero voy a darle a algunos una mala noticia...
* no, el Power Point no nos está volviendo tontos,
* ni Zuckerberg es el mismo diablo en persona,
* ni siquiera es cierto eso de que el ordenador nos tenga manía...

Las máquinas y los programas son eso, máquinas... todavía los controlamos. Y nada me parece más tonto que culparlas de lo que no dejan de ser nuestros propios fallos y carencias.

A mí, particularmente, siempre me han gustado las máquinas de Goldberg:

martes, octubre 19, 2010

Hoy, programa doble

Porque no pocas veces leo en la prensa dos o mas noticias que me llaman la atención tanto, pero normalmente me faltan las fuerzas para comentarlas. Vamos a aprovechar hoy que la vuelta de vacaciones me tiene todavía intactas las fuerzas. Eso sí, me temo que me van a salir dos entradas repletas de ironía...

* A mala leche
La foto no tiene despojo, parafraseando a mi amiga Miriam G, "que alguien por favor se encargue del estilista... pero que parezca un accidente".



Pero es que no sólo se les puede acusar de un mal gusto extremo. El artículo que le sigue no es mucho mejor. Si lo que querian es crear polémica, creo que lo han conseguido. Lo que me parece peligroso es que hay múltiples puntos en los cuales la periodista en cuestión patina más que anda:

1/ Curiosamente he pasado mis vacaciones en una granja especializada en la producción de leche (de vaca). Así que puedo explicarle de primera mano a la perpetradora del artículo (que apareció el domingo en el suplemento de "El Mundo") que hoy en día, los terneros recién nacidos toman biberón (los primeros días, eso sí, con el calostro de la madre para que el bicho crezca robusto, pero me da miedo hacer una afirmación tan cercana a las tesis de la LLL aunque esté apoyada por sólidos estudios científicos, no me vayan a calificar de talibana de la teta). Así que realmente, mamá vaca en todo caso se parece más hoy en día a aquellas que salen a ganarse el sueldo mientras la granjera de turno le larga al niño la botella de fórmula (por favor, tomesé esta frase en el sentido más irónico de la comparación... me parece absurda por los dos lados, pero si vamos a hacerla, hagámosla con propiedad ;)).

2/ Me encanta la afirmación de la autora de que la lactancia puede producir problemas como las mastitis, las grietas y empeorar la depresión post-parto. Es como decir que montarse en un coche puede provocar que mueras de un accidente. Puede producir todas esas cosas, pero no tiene porque (yo no he tenido una mastitis en cinco años enteros lactando). Si esas son todas las pegas que le pueden sacar a la pobre lactancia materna...

3/ Ya he comentado alguna vez que tengo un gran respeto hacia lo que representa Lidia Falcón (es decir, hacia las ideas del primer feminismo) porque creo que en su día represento lo que había que hacer en esas fechas (y este es un tema tan rico, que se que seguro volverá a salir por otros mensajes). Pero la intervención general de la señora Falcón en todo el articulo es extremadamente parcial: revise su postura, señora, el problema no es la lactancia sino las estructuras que la acompañan... en el norte de Europa feminismo y teta se combinan a la perfección. Y reconozcamos por fin (que ya es hora) que las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer están ahí. El feminismo hoy en día tendría que preocuparse más en integrarlas que en despreciarlas. O eso, o nos quedamos sin siguiente generación...

4/ Y vuelta a comentar que la lactancia nos hace esclavas a las mujeres e impide a otras personas, principalmente al padre, participar en la crianza. SM, te cedo la palabra... porque tú has criado a los dos niños como yo: has lavado su ropa, cambiado sus pañales, les has hecho eructar, cantado, acunado, bañado... por no mencionar el trabajo en la casa, del que me has liberado tantas veces para que yo pudiera dar el pecho con tranquilidad (venga chicas, aplaudidle, es tímido y seguro que si no, no se manifiesta). La persona que iguala la crianza de un bebé únicamente a su alimentación es que no ha convivido con uno de cerca.

5/ Otro punto que me encanta es el sacar de quicio el tema del trabajo y la lactancia. El sacaleches no muerde. Yo he currado intermitentemente mientras daba el pecho a un bebé de seis meses. Una vez estuve una semana de viaje por medio... y sí, la idea al principio me dió vértigo, pero en lugar de leer un reportaje de una persona que obviamente no ha dado pecho en su vida o sabría de que va el tema, le pregunté a una amiga que lo había hecho y no sólo me desmitificó el tema sino que me ofreció una retahila de prácticos consejos que a ella le funcionaron. Con esa tranquilidad, fui capaz de encontrar mi propio camino.
Somos tantas y tantas madres que hemos lactado trabajando, tantos ejemplos distintos, tantos horarios distintos... que creo que con un poco de buena voluntad se puede conseguir. Basta que alguien te diga que puedes. Si acaso, vuelvo a insistir en lo que dije en el punto 3, ¿por qué no intentar adaptar el trabajo a la lactancia de verdad y no al revés?

6/ Y la guinda que colma la tarta: la afimación, en letra resaltada además que copio textualmente: "Los informes a favor de la lactancia sugieren que hay beneficios, pero hasta ahora no hay pruebas concluyentes". No quiero pensar mal, pero esa frase es o muestra de una desinformación terrible o está sugerida (como decirlo sin que suene demasiado mal) por intereses determinados. Dicho de otro modo: esto me huele a tabaco, donde por cierto, tampoco había "pruebas concluyentes" de la evidencia. O a los principios de la Termodinámica donde tampoco hay pruebas concluyentes de que se cumplan(pero supongo que esta fina ironía la he malgastado en la periodista). Importante es que no existe ningún estudio que pueda probar la superioridad de las leches artificiales a las maternas, tanto es así, que sólo dos productos llevan una advertencia de salud tan tajante en sus envases: el uno es la leche maternizada, el otro ya lo he mencionado más arriba.

Y repito aqui (mejor redactadas y extractadas) partes de la intervencion que he tenido esta mañana en otro foro sobre el tema:

"Por favor, entendedme bien. Esto no es una guerra entre la que da el biberón y da la teta. Existen muchas mujeres que no dan el pecho bien informadas y es su elección, no la comparto, pero doy mi vida porque esa elección exista. Y la mayoría de esas no se molestan al escuchar que la leche materna es el mejor alimento para el bebé y no comparan dar el biberón con dar el pecho. Existen también otras que te cuentan historias para no dormir sobre porqué no pudieron dar el pecho y al menos a mí, esas me molestan más. Entre medias, hay un grupo que han tenido dificultades y han estado mal aconsejadas, han sufrido presiones para dejarlo (acabemos con el mito de que los profesionales de la salud están a favor de la lactancia materna: si acaso de boquilla, pero cuando yo he tenido un problema en mis carnes, me he tenido que sacar las castañas del fuego solita acudiendo a profesionales que sí que sabía que apoyaban mi decisión de dar el pecho a mis hijos: no basta con decir las cosas, hay que ofrecer soluciones), han tenido problemas post-parto, poco apoyo en sus casas o en el trabajo... y contra todas esas cosas, contra ese sistema es contra el que protestamos las que apoyamos la lactancia materna. Hace dos o tres generaciones, la gran mayoría de las madres daban el pecho a sus hijos de manera prolongada. Hoy en día no llega al 20% las que continúan con la lactancia cuatro meses después de salir del hospital. No me puedo creer que hayamos perdido la capacidad de hacer algo así en menos de cien años, así que creo que el problema no está en nosotras, las mujeres, que estamos sometidas a una presión brutal por cada uno de nuestros movimientos, sino en la forma externa que han tenido de vendernos la moto."

* La multiculturalidad, bien gracias
Alemania está que trina con el tema de la multiculturalidad. Llevo un mes sin estallar, leyendo sandeces en el periódico sobre el "fracaso de lo multicultural", sobre la "inadaptación de lo extranjero" y por no citar solo a un bando sobre "la historia ejemplar de Özil" (un jugador de fútbol alemán de origen turco) entre otras muchas de este calibre.

Vamos a empezar puntualizando que la multiculturalidad es un hecho. Vivimos en un mundo en el que basta con tomar un avión para plantarte en la otra esquina del planeta en menos tiempo del que se tarda en preparar un cocido completo (con remojo de garbanzos incluido), lo cual me ha permitido preparar ese cocido en lugares tan dispares como Irlanda o Japón. Estamos destinados a ser multiculturales o morir en el intento. Y la multiculturalidad puede funcionar de perlas, hay ejemplos miles y segura superservidora y superfamilia son tan solo uno de ellos.

Vamos a seguir, explicando realmente cuál es el problema, y para ello tengo que introducir dos palabras que se usan a veces como sinónimas, pero que no tienen mucho que ver. Wikipedia dixit:

Integración: así se entiende aquel proceso dinámico y multifactorial que posibilita a las personas que se encuentran en un sistema marginal (marginación), a participar del nivel mínimo de bienestar sociovital alcanzado en un determinado país.

Asimilación: es la manera como se señala al proceso de integración de un grupo etno-cultural tal como los inmigrantes, grupos étnicos minoritarios y otros dentro de lo que se tiene establecido como lo común a una comunidad mayor o dominante. La presunción de que dichos elementos generales son la garantía de la convivencia cultural dentro de un estado o territorio, es la que motiva el inicio de dicho proceso.


Yo estoy perfectamente integrada y me he integrado siempre en todos y cada uno de los países en que he vivido, pero señores me niego a asimilarme. Entre otras cosas por lo que he dicho antes, me pirra el cocido.



Y mi opinión es ésta: el problema, señores, está tanto en los que no quieren integrarse como en los que pretenden que la integración sea asimilación. Y hasta que no lo reconozcamos así, seguiremos a taramazos. Eso sí, el caldito de cocido que me estoy metiendo pal cuerpo entona perfectamente con el clima otoñal por estos lares. Venga para mi casa, Frau Merkel, verá como la sociedad multicultural puede funcionar perfectamente cuando hay ganas de ello.

sábado, octubre 09, 2010

Vacaciones

Me voy una semana pero os dejo en buenas manos; hoy me han recordado esta canción en otro blog. Ayer hablaba sobre religión y si hay una en este mundo que profeso, o profesaría, es la que se describe en esta canción:



Ignoraba que esta semana se cumplía el aniversario de la muerte de Lennon cuando puse el comentario anterior. Recuerdo vagamente aquel día, era quizá demasiado pequeña para comprender quién se había ido. Sirva de homenaje para uno de los grandes mitos del siglo XX (ay, que vieja me siento siempre que pienso que nací, crecí y estudié en el siglo pasado)

jueves, octubre 07, 2010

Buscando la calma

Otra semana de estas que hacen historia a mis espaldas. Y esta vez no tengo ánimos de momento para contar ná. Simplemente para que os hagáis una idea de como anda el patio, tengo a toda la Superfamilia en la cama y no son aún las siete de la tarde... y yo no me voy a acostar porque tengo mucho trabajo por hacer...

Estamos pasando por un periodo de mucho estrés, aunque totalmente injustificado. Me explico: hace unos meses teníamos sobrados motivos para preocuparnos por el estado de nuestras vidas, hoy somos afortunados y lo tenemos todo (y sí, sé que os prometí una fiesta cuando esto ocurriera, pero como podéis ver, el horno no está para muchos bollos en estos momentos). Sé que en parte la factura que nos está pasando ahora la vida incluye el esfuerzo que hemos tenido que hacer en los últimos tiempos y que simplemente esperando en algún momento saldrá del todo el sol (que no, que no es que esté exactamente escondido... los que estamos escondidos somos más bien nosotros). Los pequeños problemas que tengo ahora son como la lluvia en primavera: pasarán...

He tenido dolores de espalda que me han hecho la vida difícil en los últimos meses y el saber que además la única motivación de estos problemas es psicológica no ha ayudado mucho a tomarme las cosas con gracia. El dolor es también una cosa muy fastidiada: aunque sea mental, no deja de doler y mina muchos otros aspectos de la vida. Me está tocando aceptar que soy como soy y hay ciertas cosas que no podré cambiar nunca, otras que tengo que aceptar como vienen y algunas sobre las que tengo una cierta influencia. Sobre estas últimas tengo que tomar el control. Y aprender a relajarme.

Hay gente que me ha sugerido el yoga, pero es un modo de meditación que está asociado a un cierto tipo de creencias y en eso sigo siendo extremadamente escéptica. Con la relajación he tenido algo más de éxito, aunque la idea de las vidas paralelas me produce más risa que relax... y encima veo venir que SG es igual, igualita en carácter a mí. Y si no aprende a hacer las cosas mejor que su madre, le auguro un estrés de caballo como el mío.

Hoy le he regalado a mi hija una canción. Sólo unos genios como los cuatro de Liverpool eran capaces de decir tanto con tan limitado vocabulario...



Os dejo con un buen consejo, que creo que también a mi espalda le irá bien:

"And any time you feel the pain, hey Jude, refrain,
don´t carry the word up on your shoulders..."


"Y cada vez que sientas dolor, hey Jude, déjalo estar,
no te eches el peso del mundo a tus espaldas..."
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(Ir)Responsable también de esto...