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LowyLlego a casa y me encuentro en el periódico con esta
desconcertante noticia : "Las abuelas se hartan de cuidar a sus nietos" (desconcertante sobre todo por el titular, ya que según el contenido más de un 80% de las abuelas están contentas de cuidar a sus nietos). Si el artículo me ha dejado perpleja, los comentarios que le acompañan me han tocado la fibra sensible... Al próximo que le escuche decir eso de que quien tiene los niños que se aguante con ellos, le voy a pegar un bufido.
Reconozcamos que llevo un mes de Noviembre muy jorobadico, con mis hijos en estado perpétuo de enfermedad leve (¡y hoy a caído también mi marido!), más sueño que vergüenza e incluso creo que he provocado mi primera cagada en el curro (que a ver si puedo arreglar el lunes cuando llegue). El otro día, en plena crisis, le pregunté a mi madre que también ha sido una superwoman toda su vida que cómo se las había apañado cuando estábamos enfermos. "Hija, pues para eso estaba tu abuela" fue la respuesta.
Yo ya no tengo abuela (y tantos años después todavía la hecho de menos). Y por desgracia tampoco puedo echar mano de la de mis hijos, salvo en las dos guardias que me tocan al año, en las que les pido de rodillas que vengan a acampar a mi casa (tengo que decir en mi defensa que ellos están encantados de la vida con esa acampada, ya que las ocasiones que tienen de ver a sus nietos se cuentan con los dedos de una mano). Pero sigo pensando que es ideal ese concepto de "familia extensa" donde varios adultos comparten la responsabilidad del cuidado de los hijos. Siempre matizando que los abuelos ya han criado a sus hijos, pero no están para criar a sus nietos. Es decir, la responsabilidad de los Principes recae sobre mi cabeza y la de su padre. Los abuelos cumplen en esta familia extendida una labor de apoyo, pero no se les requiere educar a los niños, ni dedicar el día entero a ellos.
Y ahí vienen el quid de la cuestión. Este es un planteamiento que sólo funciona en un tipo de sociedad que respeta la figura del padre (en genérico). Una sociedad en la que está aceptado que los padres y madres tienen un parón de unos meses en su rendimiento laboral, una flexibilidad horaria, una serie de necesidades como guarderías asequibles, colegios suficientes... una sociedad en definitiva en la que el padre y la madre llevan la responsabilidad de la crianza, los abuelos y la familia la apoyan y el resto de sus compatriotas les apoyan porque es así como tienen que ser las cosas.
Así que hoy leía esos comentarios de gente que decía que si uno no sabe cómo ocuparse de los niños es mejor que no los tenga y pensaba en la penúltima amiga a la que han despedido de su curro por quedarse embarazada. En Suecia esas cosas no pasan, porque la sociedad en su conjunto se pone de uñas ante una situación semejante. Pero leyendo los comentarios sin censura en un periódico, descubro que nos queda mucho para llegar a ser como los suecos.
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