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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

domingo, abril 13, 2008

Mentiras, malditas mentiras y estadísticas

¿Qué tienen en común un pollo, el número de fallecimientos en un hospital, las becas de investigación y la lactancia materna? Al menos yo he encontrado un hilo común en toda esta maraña, que espero que quede claro al final de la entrada.

Aunque supongo que todo el mundo la ha esuchado alguna vez, tengo que poner la cita de Disraeli que ha regalado el título a este mensaje:

Existen en el mundo tres clases de mentiras: la mentira, la maldita mentira y la estadística


Lo cierto es que no estoy nada de acuerdo con la afirmación. Todavía trato de averiguar si un señor tan inteligente como Disraeli era consciente de lo que afirmaba (vamos, que lo hizo a mala leche) o si le pasaba como a un tanto por ciento muy elevado de los mortales y no se aclaraba mucho con el asunto. Porque mi tesis es que en realidad la estadística tiene tan mala fama porque muy poca gente se para a analizar lo que le estan contando en realidad ante un baile de cifras semejante. Pero eso no significa que la estadística mienta, simplemente, la gente no la sabe interpretar.

Pongamos como ejemplo el que todo el mundo sabe, el del famoso pollo. El sofisma reza: tú tienes dos pollos, yo ninguno... pero para la estadística todo el mundo tiene un pollo por cabeza. Hasta ahí vale. Lo que suele olvidar la gente es que, primero: la estadística reparte un pollo por cabeza pero jamás se pronuncia ella sóla sobre el reparto de los pollos (de eso ya se encargan los políticos); y segundo: la estadística es una ciencia de grandes números. Esto significa que cuanto más grande es la muestra de población en la que se toman los datos, mejor se ajustarán los resultados a la realidad (vamos, que el ejemplo de dos no es el mejor de los ejemplos, seguramente si contamos a todos los propietarios de pollos del país, el resultado sería mucho más ajustado).

Que la estadística es un arma arrojadiza en manos de los políticos debido a lo mucho que ignoramos sobre ella, es también un hecho. Voy a contar una de cada bando, para intentar mantener el apolicismo total que creo necesario para que no se me quemen las neuronas.

* Hace un tiempo, sacudió los periódicos un cierto escándalo político sobre cierto Servicio Médico de Urgencias en Madrid (ojo: con este comentario no estoy juzgando en ningún momento el escándalo político y social, ni su desarrollo posterior... entre otras cosas porque me parece un tema muy serio para tratarlo a estas horas de la madrugada, las diez, en Sajonia... simplemente el ejemplo me ha venido a la mente porque la discusión ilustra perfectamente el punto que quiero señalar... pero de verdad que de las implicaciones políticas, al menos hoy, paso). Comentando un día con mi Supermadre la jugada, me suelta así a bocajarro, que lo cierto es que al cesar la persona encargada del servicio, el número de muertes se redujo a la mitad. A mi me extrañó que con semejante percal, las cosas hubieran ido como fueron en el juzgado, pero no dije ni mú... hasta que a la mañana siguiente me encontré en un periódico del otro lado que el cese de esta persona había sido a la par que el traslado de un buen pico de la población atendida en ese hospital a otro de nueva apertura... El problema fue tratar de explicar el concepto de un porcentaje a mi Supermadre. El caso es que con bombillitas si lo entendía: si sabes que de cada cincuenta bombillas, fallan una o dos, puedes contar conque si te sirven un pedido de 200 bombillas, entre cuatro y ocho te van a salir malas, pero no es que las bombillas sean de peor calidad, simplemente hay más. Pero nada, cuando volvíamos a las personas, erre que erre, que se habían muerto casi el doble con uno que con otro (he de decir que porcentualmente, había una diferencia apreciable entre las muertes en el Servicio de Urgencias antes y después de este señor... pero vamos, ni mucho menos ese "doble" que te ponía los pelos de punta).

* La siguiente la tuve con otro del otro bando, que intentaba convencerme de la condición de científico en España estaba mejor que cuando me fui. Y me daba cifras y más cifras: que si se ha doblado el presupuesto para tanto, que si se ha cuadruplicado el número de científicos al que le llegan las ayudas... Bueno, no hay que ser un genio para deducir que si das el doble para repartir entre cuatro veces más gente, hay más ayudas pero individualmente se toca a menos...

Bueno y la lactancia entra al final de la ecuación porque siempre que andas hablando del tema por esos mundos de Dios, te aparece el maravilloso caso de la "estadística de uno". ¿De qué se trata? De cuando se hace un comentario estadístico del tipo: "La lactancia materna es lo mejor para los niños porque protege de enfermedades infecciosas en el primer año de vida del bebé". No falla (haced la prueba); enseguida hay alguien que suelta: "Pues mi hijo se ha críado con biberones y no ha pisado nunca un hospital, bien sano que está". Yo, siendo honesta, no le voy a atribuir a la lactancia las propiedades del Dorado... pero lo cierto es que esos estudios se suelen hacer con esos grandes números de los que hablábamos al principio. Se toman cien, mil o diez mil niños con condiciones parecidas, unos alimentados a pecho y los otros a biberón... y se estudia que tanto por ciento han tenido un ingreso hospitalario en el primer año de vida. Pongamos, y son unos números imaginados como ejemplo, que de cada cien niños con teta, sesenta visitan el hospital en el primer año de vida y del otro grupo lo hacen noventa... Está claro que la ventaja es para la lactancia materna, pero siempre te vas a encontrar con sesenta niños que han tomado teta desde su más tierna infancia y a pesar de ello han tenido que pasar por el susto de ser ingresados (por cierto, soy Supermadre de uno de ellos). Si eres una de las diez madres que ha alimentado a su hijo con biberón y te ha ido bien con ello, enhorabuena, pero por favor, acuerdaté de las otras noventa que no han tenido tanta suerte como tú a la hora de juzgar las bondades de semejante artilugio...

Yo, salud aparte, me sigo quedando con la teta... La comodidad de poder salir de casa durante los primeros meses con sólo un pañal y una bolsa de toallitas, no es mensurable mediante estadística.

9 comentarios:

noema dijo...

A la pobre estadistica la han capado y se quedan solamente con la media, la varianza y sucesivos numeros que dan la estadistica parecen eliminados del mapa por decreto...

Manuel Márquez dijo...

Tras leer la primera interrogante, compa Superwoman, pensé que te perderiás, y me perdería. Pero no, nada de eso; más bien al contrario, te has explicado la mar de bien (y no era sencillo, no...).

Un abrazo.

SuperWoman dijo...

?Como era aquella cancion de la Facultad, Cronopia del alma? ?Algo asi como "la estadistica es una p*** y nosotros somos sus chulos? ;) Siguen sobrandome numeros y faltando razonamiento, como siempre...

Ay Manuel, yo dude tambien de no perderme, que a esas horas estoy practicamente dormida... pero se ve que me queda el entrenamiento militar de los años de juventud y puedo pensar en ello hasta dormida

Melisa dijo...

Mis amigos de ciencias (yo soy de letras, de las del latín incluso) se reían de mi por una fase que yo decía mucho "no tengo fe en la estadística"

Uno intentó convencerme de todas las maneras de que tirando una moneda al aire 1000 veces, la estadística decía que aproximadamente la mitad de las veces sería cara y la mitad cruz.

Sigo pensando que podría salir siempre cara..

Y viva la teta!

Cris dijo...

Ole!!!

SuperWoman dijo...

Cachis, melisa, ya sabía yo que Manuel estaba siendo muy galante... Uno no puede hablar de Estadística sin dejar de hablar de Probabilidad, ya tengo tema para la próxima hora de ciencias (que sepas que en parte tienes razón).

Crismikkel, bienvenida y gracias

Maite dijo...

Yo creo que la estadística no miente, sino que lo hacen los que la interpretan, por ignorancia o por maldad.

un abrazo,

maite

Jesús Alonso dijo...

Hola superwoman: Eso de que se morían la mitad en urgencias cuando se cambio al responsable es verdad, las mandaban a morir a otro lado para que la estadística quedara así de lustrosa. Si morían en el ascensor, por ejemplo ya tenían un motivo más para darle al dóctor Montes en las narices. En cuanto al resto, Torrente Ballester decía que si es verdad que uno de cada siete niños es chino, el debería haber tenido uno.
Un abrazo.

Paula Martínez dijo...

Hace un año más o menos, charlando con un actuario de una gran compañía de seguros española, me decía que ellos son capaces de predecir a uno de enero cuantas personas van a fallecer, cuantas van a tener una invalidez, etc. con un margen de error muy muy reducido.
Evidentemente, la estadística funciona con grandes números, y cuanto más grandes sean los números, el índice de confianza de la predicción o la estimación será mayor.
Para niveles más particulares están las pitonisas, aunque no conozco ninguna con un índice de fiabilidad decente ;)
Un saludo.

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