O al menos, si le quitamos la parte entre paréntesis al título del mensaje, era eso lo que sostenía una buena amiga de este blog (Bloom, vuelveeee). Yo por supuesto sostenía la versión que incluye la palabra entre paréntesis porque creo que:
A- bestseller no es sinónimo de malo: en su época Dumas fue un escritor de bestsellers (qué género ese, el del "feuilleton"; se publicaba en capítulos y a destajo... en mi modesta versión, yo hacía lo mismo en las clases de mecanografía de las monjas, en lugar de copiar eso de "aassaass" iba escribiendo los capítulos de una historieta que era todo un folletín), como lo fueron las novelas de Dickens o "Robinson Crusoe". Sin ir más lejos, "Ulyses" es un bestseller en Irlanda (aunque dudo bastante que mucha gente se lo lea después de comprarlo).
B- creo en la variedad de la lectura igual que creo en la variedad de la comida. Se puede saborear de cuando en cuando una hamburguesa sin pensar demasiado en que nos va a estropear la dieta y el colesterol. El caso es encontrar la mezcla que nos parezca que nos cuadra: qué es lo que necesitamos en cada momento. Con dos niños pequeños en casa, desterré de mis ratos de ocio las lecturas demasiado sesudas y las películas demasiado tristes... no eran lo que necesitaba en aquel momento.
Pero tengo que agradecerle a Bloom que me hiciera pensar realmente en el tipo de dieta que le estaba ofreciendo a mi cerebro en los últimos tiempos, lo que me ha llevado a cuidar (y ampliar) de manera considerable el rango de mis lecturas. Gracias a ello he llegado a conocer a nuevos autores (para mí) que me han fascinado, como es el caso de Margaret Atwood, tengo a otros pendientes que vienen ampliamente recomendados (gracias Elena y Andrés)...
... y hay opiniones que no han cambiado, como que por las páginas de éste no pasarán mis ojos...
De acuerdo contigo Bloom, de algunos bestsellers hay que huir como de la pólvora.
Crisis/Crisis
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Este blog está sufriendo en estos momentos una crisis. Me he dado cuenta de
que no tengo tiempo para un proyecto tan ambicioso como el que quería, pero
p...
Hace 16 años
16 comentarios:
Aparte de estar de acuerdo contigo en lo sustancial, compa Superwoman, creo que no hubiera sido capaz, ni de coña, de formularlo con más claridad y brillantez. Variedad y diversidad, eso es lo interesante. Ah, y otro que tampoco, salvo rara ventolera, leerá la de Brown (ya me vale con la Millennium, de la que tengo que escribir algo un poquito más extenso y detallado...).
Un fuerte abrazo y buena semana.
Comparto tu opinión, porque leer en general (bestseller o no) es muy beneficioso y ejercitas bastante el cerebro.
Como todo en la vida hay que buscar un buen equilibrio y una variedad... ya sea en comida, lectura, amistades, experiencias, etc. Muy buena forma de esquematizarlo sin duda.
¡Dan Brown no, por favor! Cualquier cosa menos eso...
Efectivamente, en la variedad está el gusto, ;-)
Bss,
Coincido contigo en todo salvo en una cosa. Coincido en que se debe leer de todo, según el momento en el que te encuentres; en que los best seller no tienen por qué ser todos malos, efectivamente muchos, la mayoría, de los "clásicos" que ahora leemos, lo fueron en su época, por eso son ahora clásicos, si no no hubieran llegado hasta nosotros. Y que también es necesario alimentar al cerebro adecuadamente, saturarlo de colesterol, no es bueno. Pero, y aquí viene mi no coincidencia. Yo no soporto a la gente que opina sin saber, y si hablo de un libro es porque mis ojos han pasado por sus páginas. No me gusta Dan Brown, pero si tengo que hablar de sus libros será por que los he leido. Así, que aunque no creo que me lea este último en breve, no lo descarto, porque sé que si la gente de alrededor empieza a hablar de él, por orgullo propio, terminaré leyéndolo para poder criticarlo a gusto. Y lo sé por experiencia. He leido cosas muuuucho peores (léase el dichoso libro de Ana Rosa Quintana)
Volví, volví...
Eso de que el Ulises es un best-seller es un argumento tramposo. Todos sabemos a lo que nos referimos cuando decimos bestseller. Bestseller no es sinónimo de superventas (¿no sería la Biblia el mayor bestseller en ese caso?) aunque necesariamente lo sea.
Hace algún tiempo iba en el Metro, leyendo, claro. A mi lado dos mujeres repasaban los últimos títulos que habían leído. Es una pena no poder trasladarte fielmente la conversación porque me pareció que explicaba perfectamente la definición de bestseller. Una a otra se iban diciendo si habían leído éste o aquél, sin fijar una temática o interés determinado, sin pararse en ningún caso a comentar nada sobre ellos, ni siquiera sobre el tal niño del pijama de lunares que tanto decían haberles impresionado. Fueron disparando títulos más o menos conocidos para mí (por vivir en el mundo), trilogías, sagas, autores nacionales, internacionales… , como en un duelo “nole-sile” de cuando coleccionábamos cromos. Dando por supuesto ambas en aquel intercambio que si a una le había gustado “La comba del viento” de Chafón, el éxito con “El código Rapinski” estaba asegurado.
Me sale el recurso fácil de citar a Kafka y dejar al Maestro que defienda la causa anti-bestseller por mí. Pero no. Disertaré dos párrafos más. Y para seguir con el símil gastronómico te contaré lo que me pasa cada vez que como pizza en algún sitio de comida rápida (como una devoradora de pizza compulsiva): según mastico el primer bocado se va desvaneciendo la promesa de la foto del menú y mientras voy acabando me maldigo por haberme dejado timar otra vez. Algo así me pasa a mí ahora con los bestsellers (que alguno leo, no tengo religión que me lo prohíba). En el pasado leí muchos, puff, quizás por eso mismo, quizás hay un límite máximo de bestsellers que el cuerpo humano puede digerir antes de morir y yo ya estoy demasiado cerca.
Y qué quieres que te diga, me arrepiento de tanto tiempo perdido cuando ahora sé que lo que me fascina es leer libros-mundo que te atrapan por una buena temporada y de los que no puedes salir hasta haber rastreado hasta el último centímetro de ellos y de sus mundos paralelos (Bolaño, sin ir más lejos, es un gran escritor de mundos y mira que vende ahora en EEUU…). Me deleito con los libros-manjares en los que la historia casi no importa y lo imprescindible es cómo se dijo, abrirlos por cualquier página y ponerse a leer paladeando las palabras… Al lado de éstos ¿para qué voy a leer el último de Dan Brown?
Y si a veces me he puesto, ¡si me pongo quiero decir!, tan “gafapasta” con el tema, perdóname linda, que cometo el error de tender a creer que si tantos malos libros son bestsellers es porque hay mucha gente que no sabe dónde encontrar los buenos.
Salud,
La Molly
No hay nada con un buen tocho bestseller pa taparse del sol en la tumbona... (yo cada verano me trago uno de Marian Keyes,irlandesa,en su inglés natal...y me descojono)
Y te lo dice una "gran" crítica y lectora de tochos muchos mas arriesgados que todo eso.
Eso si,Dan Brown......y Pérez Reverte.....uffff, ni tanto ,hija...como que no ;)
Necesito cositas que me hagan pensar menos y que no sean tan malas que me pongan nerviosa;)
Molly!!!!
Por Zeus, que alegría leerte!!!
Por lo demás, estoy de acuerdo con SW, algúno cae de vez en cuando como alguna hamburguesa, alguna pizza o algún nagget
En fin, que en la variedad está el gusto ;0)
Pues a mí Millenium, al menos lo que llevo leído, no me ha parecido mal, Manuel... eso sí, no esperaba la novela de mi vida :D.
Aparte de la idea del equilibrio, Vagabundo, quería transmitir que hay momentos en tu vida en que no das para más.
Titajú, se nota que nos gustó el Código Dapena, eh...
Chelo, Neus y Rose gracias por la opinión, creo que en lo fundamental estamos de acuerdo.
Y he dejado a las dos disidentes para el final (que me parece estupenda la disidencia, es la que hace el mundo interesante):
PMM, a Brown le he dado dos oportunidades pero no le pienso dar una tercera... es lo de aquel proverbio árabe, si me engañas la primera vez, me engañas tú, si es la segunda, me engaño yo... el proverbio no deja pie para una tercera oportunidad... Claro que igual yo soy un poco más chinche que tú, ni me he molestado en leer a Ana Rosa, tengo algo personal contra el plagio, pero eso es parte de otra historia.
Molly, lo conseguí, caiste. Sabía que no podrías pasarte sin comentar el tema. Por supuesto encuentro sentido a casi todo lo que dices: leer nunca es malo, pero que lástima que falte la capacidad de análisis posterior y como te digo, en algún mundo me he quedado atrapada como menciono en el caso de Atwood (SM no puede, literalmente, con sus libros... al contrario que tú, no creo que la gente lea bestsellers porque no sabe donde encontrar los libros buenos, creo que tenemos límites lectores... Yo de momento me declaro incapaz de soportar a Joyce, puede que con los años me llegue la sabiduría necesaria o puede sencillamente que como se dice en estos casos "hablemos otro idioma"). Ah, y me encanta que seas gafapasta, te pega mucho :D
Bolaño lo tengo aquí, a puntito de ser descubierto (o de descubrirme otro límite) pero estoy atrapada también en otros mundos y para leer tengo poquito, poquito tiempo).
Un supersaludo
Yo siempre he sido anti-bestsellers convencida (casi religiosamente), pero hija, llegó Millenium, y caí en sus redes. Ya voy por la mitad de "la chica que soñaba con una cerilla...etc etc.."...
Debo confesarlo públicamente: me ha enganchado (pero sin enamorarme, eh?, que esta faceta ya la tengo semi-cubierta últimamente, para mi desgracia). Cómo me he enrollado al final, mecachis...
Ah, ¿pero era una trampa?
Que no, tontina, que la próxima vez haces lo mismo, me mandas un correo y aunque sea de zapatos de tacón de lo que vaya el tema yo me marco otras 500 palabras.
Otra vez: la Molly
Siempre es un placer leer cualquier cosa que esté bien escrita. Y si, además, te interesa lo que te están contando ya es la h. Con el tiempo cada uno va descubriendo sus afinidades. Aún así, en cada época de nuestra vida nos gustan cosas diferentes, y algo (libro, película, música, persona, etc.) que nos encantó en un momento, en otro nos puede aburrir mortalmente. En resumen: no hay dogmas. Pero si existe la suerte de encontrar lo que te hace feliz en cada momento.
Que la suerte te acompañe, SW.
Y ahora unas palabras de Banville (extraídas del web de Vila-Matas) que a mí me encantan ahora:
“Sabemos todo, nos han dado toda la información, pero no nos han explicado nada. No puede explicarse. Creo que ésta es la única razón para dedicarse al arte, mostrar el absoluto misterio de las cosas.” John Banville
[Y esa puede ser otra razón para leer.]
Me encanta ser una de las disidentes. Ya ves, en cuestión de leer tengo tragaderas para todo. Sobre todo porque odio que la gente esté hablando de un libro, por malo que sea, y tener que quedarme al margen porque no sé ni de que va, y ahí siempre me pillan y al final caigo. Problema, que aunque el libro sea intragable, no puedo dejarlo a medias, aunque me lleve cien años leerlo. Por ejemplo. "El péndulo de Foucault", Llegué a enterarme de algo pasada más de la mitad, pero ... ahí estaba yo, firme cual junco. No podía entender como el mismo señor (Umberto Eco) que escribe unos tratados de lingüistica y semiótica que puedo llegar a entender, y que por supuesto había escrito "El nombre de la Rosa", podía haber escrito algo tan...peñazo.
Pero ya ves, tener tanto amor propio a veces es malo.
Eso sí, el de AR lo leí de una sentada, porque claro complicado no era, no.
Yo más bien diría "La vida es demasiado corta como para no leer" y que cada uno lea lo que más le guste.
He leido bestsellers, y he de reconocer que algunos de ellos hasta me han gustado. Lo de Dan Brown es caso aparte, y me reconforta averiguar que no soy la única que cayó una vez pero nunca más.
Coincido plenamente con PMM en lo del péndulo de Foucault. Y lo más triste es que cuando terminé de leer la novela, llegué a la conclusión de que con doscientas páginas menos, habría sido bastante más interesante.
Es otra desventaja de los bestsellers, que prácticamente te los venden al peso.
Mrs Bloom yo si kiero un zapateado d esos. Gracias SW. Petonets, la guerrillera
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