... pero llegar hasta ella no ha sido precisamente un camino de rosas.
Estábamos invitados a un cumpleaños en el campo, la Superfamilia al completo. La historia comenzó ya ayer tarde, cuando decidimos acercarnos al centro a comprar el regalo en bicicleta aprovechando que el fin de semana ha sido de auténtico lujo. Cuando llegamos a casa, SM empezó a quejarse de que se sentía mal (yo a todo esto estaba con una alergia tremenda porque los prados están llenos de hierba crecida). Así que nos fuimos a la cama con la idea de que por la mañana él se ocupaba de los Supernenes y de empaquetar el regalo porque yo tenía un par de cosas que hacer del curro.
Mal plan. A las seis cuando sonó el despertador de mi atlético supermarido se escuchó tan solo un quejido lastimero y un "me siento maaaal". Madre, para que él diga que se siente mal, se tiene que estar medio muriendo. Así que le dejé un rato más en la cama y me bajé con SG al salón a hacer ejercicio para no molestar a los dos bellos durmientes. Cuando se despertó el peque decidí bañar a los niños y preparar algunas cosas de comer para la semana. SM seguía sin reaccionar.
A la una despertó un par de minutos para comunicarnos que no podía ir al cumpleaños. No hubiera sido demasiado problema (gracias Superpadres, por insistir en hacer de mí una mujer independiente y obligarme a sacarme el carnet a los dieciocho a pesar de que odio conducir) sino hubieramos prometido llevar a unos amigos en el coche... Tal y como estaban las cosas: 6 personas, dos coches, uno de los conductores tocado y hundido. No teníamos ni idea de si nuestros amigos tenían o no carnet de conducir. Empieza el ciclo de llamadas y recados: a los amigos, a la mamá del cumpleaños, vuelta a los amigos... hasta que por fin decidimos que vamos en los dos coches porque nuestro amigo tiene carnet de conducir.
A todo esto, estamos a la espera de vender los dos coches para comprar un único vehículo ahora que nos lo podemos permitir (el auto de SM lleva haciendo la romería "aldeíta-ciudad" unos tres años, cosa de dos a tres veces por semana 400 kilómetros... le falla todo y no tiene pasada la ITV que le toca... de ahí que haciendo cuentas nos salga mejor cambiar de coche). En estas condiciones decido ceder mi caja de cerillas a la otra familia y llevar yo el grande. Vale, me dice SM, pero no te olvides que la ventanilla sigue estropeada y no se puede cerrar del todo, así que no hay manera de usar el aire acondicionado... Hoy ha sido, sin exagerar, el mayor día de calor que llevamos en todo el año. Ah, y de repente me acuerdo de que hemos prestado el navegador a unos amigos el viernes así que tengo que acordarme de la ruta de cabeza (y llevando gente detrás para no perderla).
En resumen, SM tirado en el sofá, yo intentando imprimir un mapa de Google, los Supernenes como con el baile de San Vito ante la inminencia del cumpleaños y la falta de aire fresco, la Thermomix pitando y la conexión a Internet fallando más que una escopeta de feria. He salido de casa relajada (y por supuesto con el regalo sin empaquetar). Y el viaje ha sido como los de antes: las dos de la tarde, un sol de justicia, a cien por hora y con las ventanillas abiertas (salvo la del conductor que es la que está atascada a medio cerrar y bloqueada con unas bolsas de basura que me han tenido todo el viaje pendiente de ellas pensando que como se escapase una igual me bloqueaba la visión o algo así). El viaje de vuelta igual, pero con algo menos de calor (a todo esto, me he dado un rodeo del treinta y tres y además no encontraba la salida de la gasolinera después de repostar).
SM sé que tendría que contarte esto personalmente pero acabo de descubrir para redondear la tarde que el documento en el que tenía que currar está en mi USB sólo como enlace así que mañana a las seis toca salir por piernas para el curro (esto remata mi jornada): el maletero de tu coche también se ha atascado y no abre ni a tiros. Y encima te has perdido una fiesta estupenda.
Crisis/Crisis
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Este blog está sufriendo en estos momentos una crisis. Me he dado cuenta de
que no tengo tiempo para un proyecto tan ambicioso como el que quería, pero
p...
Hace 16 años
4 comentarios:
¡Halaaaaa!!!!
¡Vaya día que has tenido! No te envidio nada, nada, nada.
Y yo también ODIO conducir. No lo hago nunca. Prefiero ir andando aunque tenga que ir a Cuba.
Jo Superwoman, Qué día más chungo!! Espero que se haya relajado un poco la cosa y que empieces la semana más tranquilita.
La última vez que conduje fue el día que me saqué el carnet hace 5 años. Ya ves, no me sirvió de nada. Ahora tendría que soltar la pasta con los "Auffrischungkurse" Uff!!
Pues si la fiesta estuvo muy bien, lo malo ya no importa. Por cierto ¿qué tal SM?
En fin,nena,menudo periplo!!! y con calor...que es lo que más odio en este mundo,encima en coche....
buffff
:)
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