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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

martes, marzo 25, 2008

Me siento como un monstruo

No he dormido más que un par de horas esta noche. Superboy se despertó a eso de las doce de la madrugada (cuando me acababa de dormir) con un ataque de tos perruna y problemas para respirar. Me he quedado sentada con él un par de horas delante del humidificador. Y en todo ese tiempo no hacía más que pensar en cómo iba a organizarme el día de hoy si tenía que llevar al niño al médico, sopesando si la tos y los síntomas eran los típicos de un catarillo de invierno o había algo más... Me siento terriblemente culpable cuando me toca llevar a alguno de los Supernenes un poco tocado a la guardería.

Al final, el peque se ha despertado algo recuperado y con mejor color. Le he llevado, pero tenía el cansancio acumulado de toda la noche, el sentimiento de culpa de no saber si se encontraba bien o mal y el agobio de ver que me contaba el médico cuando lo llevara esta tarde... Superboy tiene una pequeña infección vírica, no es nada de cuidado, pero acaba de subirle la fiebre... con lo que mañana voy a tener que dejarle en casa volviendo a sentir cargo de conciencia.

Mi diferencia con Supermán es que él ha salido de casa sabiendo igual que yo todas estas cosas; pero estoy completamente segura de que en todo el día se le ha pasado por el pensamiento absolutamente nada que tenga que ver con el tema...

Personalmente estoy de cabreo conmigo misma... Creo que las mujeres al final tenemos el diablo que nos merecemos.

Y aquí sigo, pensandome si soy un monstruo por querer hacer algo más en la vida que ser madre o justamente por todo lo contrario... Creo que mejor me voy a dormir con los Supernenes... pensar a veces puede hacer daño.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Superwoman:

de verdad no me creo que creas que Supermán, y más llamándose así, no haya tenido un rato (o varios) para pensar en las toses de Superboy igual que tú.

Ah, la culpa, la culpa del padre, de la madre, la culpa de dejarlos en casa, la culpa de llevarlos de tapadillo a la guardería cuando no se tienen, el caso... ¡es que con los Supernenes nunca dejamos de sentirnos culpables! Por sentirme culpable, yo me siento ¡hasta por quererles demasiado y darles demasiado afecto!

Besos, y que os recuperéis los dos.

Am

PS1/ Entiendo tu nostalgia mediterránea, visto lo que ves por la ventana.

PS2/ Gracias, muchas gracias por tus comentarios en mi página: cuando Superboy esté curado le ponemos ha hacer una carrera de patinete con mis superdelincuentes.

SuperWoman dijo...

Hola Andrés:
Veo que me toca puntualizar (sobre todo porque sé que me lee) que lo de ayer no es ninguna pataleta contra Superman (qué gracia, no me había dado cuenta de que en castellano tiene que llevar tilde). Y me reafirmo en lo dicho: estoy segura de que piensa mucho en los Supernenes y es un padrazo, pero ayer delegó por completo el aspecto logístico en mí. Y cuando delega, tiene una capacidad bestial para no volver la vista atrás (al menos en este tipo de casos) que yo desgraciadamente con los niños no tengo. Por ahí y no por otra parte, es por donde van los tiros...
Ya te he comentado que me acuerdo mucho de mis Supercuñados, los aparejadores y de tí ahora que estoy viendo casas... Yo es que soy negada para eso del concepto del espacio...

Anónimo dijo...

Hola SW,

seguro que SM es un padrazo (¡hola SM!) lo que pasa es que tiene que mantener el tipo y hacerse el duro (ya se sabe: las mujeres os créeis que sóis las únicas que sufrís)

Por cierto, leyendo tu perfil, siempre me ha llamado la atención lo de los abuelos a 3.000 km; las abuelas de mis delincuentes están una a 20km, la otra a 600km, y, te juro, no es nada mejor de lo que debes de tener tu: ésta es la generación de abuelas más emancipadas que haya conocido la historia, éstas si que miran hacia otro lado, que además han montado en la prensa una campaña que habla de toda esa historia de abuelas sobreexplotadas y sacrificadas por sus nietos: ¡pura palabrería! Abrazos, ;) Am

Anónimo dijo...

Yo creo que ambos superpadres piensan en sus hijos, y se acuerdan por igual de sus catarros, y los recuerdan con ansia durante la jornada laboral. La diferencia es que el sentimiento de culpa sólo lo tenemos las madres. El aspecto logístico, como lo has llamado, y la sensación de que estamos traicionando nuestra responsabilidad de madres si nos vamos a trabajar. Cuando yo trabajaba fuera de casa, me encargaba de dejar su ropa lista para el día siguiente, de dejar la comida hecha o decidir lo que tenía que hacer la chica que les cuidaba, de gestionar las diferentes medicinas, de pedir hora a los médicos, de hacer la compra... y hay que aclarar que yo siempre, siempre, tuve mejor sueldo que mi marido, y además, yo viajaba. Pero eso sí, si alguien tenía que quedarse en casa porque alguna niña estaba enferma, o ir al médico o a reuniones con los profes... era yo tambien, de nuevo yo. Y la verdad, el caso es que lo pienso y siempre lo ví como algo normal, como si fuera "parte de mis deberes", y punto pelota. No quiero decir que no me planteara la injusticia de la situación, que sí lo hacía. Pero era (y sigue siendo) esa extraña sensación de que yo siempre haría mejor de "madre" de lo que pudiera hacerlo su padre. ¿Me explico?

Creo que por eso al final, decidí que ya me había "realizado", y que quería ser madre al tiempo completo y, si sobraba algo...mujer florero ;)

Anónimo dijo...

*madre a tiempo completo* , corrijo

Fly dijo...

Yo hace poco que me he unido al club de las madres a tiempo completo, y por supuesto al dolor de estómago, pero me encuentro mas relajada
Partiendo de la premisa de que a mi no me queda otra, también me ha podido siempre ese sentimiento de que todo va mejor si estoy yo, no por los demás, sino por que se´que controlo la situación, cosa que no ocurre si no estoy
Vaya, que yo estoy mas tranquila
Lo cierto es que algún ratillo me relajo y dejo hacer al bulldog. El pobre hombre viene de esos países de dios con la sensación de que tiene que hacer en dos días todo lo que no ha podido durante la semana, y parece al conejito de duracel: Todo el día en movimiento y preocupado por sus hijos, y eso, casi casi también agobia (he dicho casi), pero lo que os puedo asegurar es que el vive toda la semana agobiado por no poder estar cerca de nosotros, aunque se le olvide llamar para preguntar que ha dicho el pediatra sobre los mocos y la tos
En fin, que me releo y me da la sensación de que me agobia tó últimamente :(

Marieta dijo...

A mí me pasa algo parecido Neusí, el conejio duracel, de hecho, me deja los fines de semana para el arrastre.

Y para ti, Superwoman, y para todas las super women de la comunidad, añado a todo lo dicho que de una vez por todas desterréis ese sentimiento tan humano y malsano como es el sentimiento de culpa. Una especie de autocastigo católico-apostólico-romano de orígenes oscuros, que hay que quitarse de encima, si hace falta, con algún ritual pseudo satánico (por ejemplo, quemando un rosario)

Jo, yo me releo y parezco una loca poseida por la apostasía...
Es que Paula está con fiebre y creo que la que delira soy yo.

Unknown dijo...

Voy a hacer un poquito de abogada "del diablo" ahora que estoy en la distancia.

Yo me considero madre a tiempo completo y estudiante de doctorado en mi tiempo libre. Bueno, eso hasta hace poco, que Nora está empezando a ir a la guarde ahora que tengo que adelantar trabajo. Pero creo que es importante que las madres tengamos vida fuera de la maternidad, por seguir conservando la serenidad mental (algo que normalmente las madres no tenemos).

Y lo digo yo que no me despego de mi hija, que estos días que estoy sin ella me pongo a llorar como una boba cuando veo sus fotos...

Una vez una madre de un niño de ya 12 añazos me contaba que la maternidad es una parte de nuestra vida íntima, y que a medida que pasan los años la relación con nuestros hijos evoluciona. Y que más allá de la maternidad, que constituye UNA PARTE de nuestra vida, está nuestro "yo" exterior, nuestra faceta pública: la vida laboral, o "social" (tenemos las madres vida social?).

Como Virginia Wolf, pienso fervientemente que las madres necesitamos una habitación (aunque sea metafórica) para nosotras mismas, cerrada y bien clausurada con llave. Con esas facetas que sólo son nuestras, nuestros secretos, nuestros vicios, nuestras manías. Esa habitación es necesaria para no preguntarnos qué nos está sucediendo, por qué nos sentimos culpables por ser "sólo" madres.

Con esto no quiero decir que haya que trabajar para "sentirse realizadas". Pero alguna actividad que nos ayuda mucho a la lucidez. Sobre todo en esos días de lluvia (nada románticos por cierto) en los que no se puede salir, hay niños correteando histéricos (y aburridos) por casa y una se tira de los pelos...

Unknown dijo...

Pero hacer alguna actividad nos ayuda mucho a la lucidez. (Yo también corrijo, otra madre despistada)

Anónimo dijo...

Pues yo opino como María, hay que desterrar ese sentimiento de culpa y esas necesidad de ser Superwoman (en sentido metafórico, que si no te quedas sin diario :) ). Yo trabajo, no siento culpa ninguna y no me siento un monstruo, la verdad. Creo que vivo la maternidad de una forma extraña, me parece.

Un abrazo,

Melisa dijo...

La docotomía de sentirse culpable con los hijos por dejarlos en casa o con el trabajo, por dejarlo y quedarse con los hijos o llevarlos al médico, es muy nuestra, de las madres. Estoy contigo Superwoman. La conciliación es la cabra de las dos cabezas del cuento.

Espero que superboy se recupere pronto.

Manuel Márquez dijo...

Compa Superwoman, cómo te comprendo... desconozco las circunstancias concretas de tu casa: las de idiosincrasia personal y las de carácter logístico, pero entiendo que ésa que relatas es la situación más común (aunque haya algún caso en que se dé a la inversa: que no es el mío, generalmente, aunque sí alguna que otra vez...).

Mucho ánimo y que Superboy se mejore prontito, que eso es lo realmente importante. Y, como contaban en el chiste aquel, organizarse, que también es importante.

Un fuerte abrazo.

SuperWoman dijo...

Hala, no hay como pedir apoyo para que te animen el chiringuito para que te lo animen de verdad... ¡qué emoción!

Andrés, yo es que me he criado en una familia extensa, con una abuela de las de antes, que vivía en casa. Creo que las abuelas tienen todo el derecho del mundo a disfrutar de esa independencia, pero de verdad que cuando la naturaleza aprieta (pero no ahoga) y están cerca se nota su presencia y los 400 euros que te ahorras en volar una de ellas al rescate.

Marsu, te doy la razón en todo, lo que me vengo a preguntar es si resulta que es así por tradición o por condición.

Neus, María en mi casa pasa más o menos lo mismo, las jornadas del fin de semana son "padre a todas horas" y los Supernenes no quieren saber nada de mí... pero la logística, las comidas y la medicina de los mocos siguen estando presentes en mi mente de manera subrepticia. Por no mencionar el palizón de actividades que nos pegamos las más de las veces...

Mónica, si alguna vez me cuentas como se llega a tener tanta madurez con tan pocos años como tienes tú, me lo apunto para las siguientes reencarnaciones.

Anónima (¿quién eres?) yo al menos no me siento culpable por trabajar. Me siento culpable por el ritmo de marcha militar que esto impone en mi familia, por tener que calcular de manera un poco cínica si el Supernene enfermo en cuestión aguanta el día en su Kinder, por tener que cargarle a mi compañera de curro algo de trabajo extra si no encuentro quien le cuide...

Melisa, y eso que tú y que yo entramos dentro de la clase privilegiada que lo tiene mejor para la conciliación (yo podría currar un día o dos desde casa a las muy malas)... Me pregunto como es la vida familiar de los compañeros que trabajan a turnos y sin los cuáles la fábrica se pararía.

Manuel, lo importante es no perder el sentido del humor...

¡Gracias a todos por los comentarios!

Anónimo dijo...

Hola soy Mann, de apellido super. Por supuesto el apellido no es de nacimiento me fue concedido entre otros muchos regalos cuando tuve la suerte de arrejuntarme con Superwoman.

Nadie es un monstruo por intentar repartir el tiempo de la mejor forma posible para la familia, los amigos y por supuesto uno mismo. Pero los sentimientos de culpabilidad aparecen cuando no se puede dar un 40% al trabajo, un 50% a la familia, un 30% a los amigos, un 20% a aprender y un 10% a sentirse culpable por no dar a basto (sumando queda un -50% para uno mismo)

Al final todos terminamos sintiéndonos culpables, también los que estamos al otro lado:
- Por no poder dar a los niños más que 10 minutos al teléfono mientras cenan.
- Por hacer de conejito de Duracell durante el fin de semana
- Por ver la foto de la familia en el fondo de escritorio e intentar pensar mejor en el trabajo -que duele menos-.
- Y por que no quede tiempo para dar masajes

Vamos que sólo nos falta sentirnos culpables de sentirnos culpables.

Gracias a todas las superwomen del mundo por hacer tanto como hacéis, aunque no sea necesario.

Gracias a todos los supermen que han tomado el peso principal de la familia, así se cambiará la sociedad a una un poquito más justa.

Y gracias a superwoman, por Supergirl, Superboy, y por supuesto Superwoman.

P.S. No os preocupéis que sólo escribo una vez cada 20 meses.

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