La relación de la Superfamilia con las actividades al aire libre se asemeja bastante a esta tira de
Calvin & Hobbes (de ahí que esta entrada vaya en biológicamente opuestos):
Calvin: ¡Guau! Estas vacaciones sí que van a ser divertidas. ¡De camping!
Dad: ¡Apenas puedo esperar a llegar allí! Una semana entera haciendo senderismo y canoa, pescando y nadando...
Mum: Una semana entera sin un sólo periódico, ni una taza de café decente.
Calvin: ¿A mamá no le gusta ir de camping?
Dad: Mami se quedó hasta muy tarde empaquetando cosas.

Ok, reconozco que esta vez la culpa ha sido mía. O mejor dicho, la idea... Al final estamos de enhorabuena porque
empiezo mi curso en breve, pero eso implica que el verano para los Supernenes se queda reducido a las tres semanas en que abusando de los Superabuelos se vayan a hacer turismo para descubrir sus raíces y lo que podamos conseguir hacer los fines de semana. Y en ese sector, nada más socorrido, barato y abierto a improvisar que el camping.
Además, Alemania es el país de los campistas por excelencia (lo que no han aprendido ellos solos, se lo enseñan los holandeses que vienen cada verano). Así que aprovechando que este fin de semana no teníamos otro plan mejor (había que quedarse en casa porque el viernes fue la fiesta fin de curso en el Kinder de Supergirl... había que ir a perder baba viendola cantar con sus compañeritos), allá que fuimos. A todo esto, la semana pasada ha sido solamente discreta, en lo que a tiempo se refiere. Para el viernes había previstas lluvias con un 50% de probabilidad y al final, no cayó nada. El sábado la predicción era de un 30%... ¿por qué no íbamos a arriesgarnos?
Nos decidimos, eso sí, por un camping a tiro de bicicleta de nuestra casa. Mayor índice de aventura para los niños. Pero eso significa que primero tenemos que hacer un viaje con los niños y parte de las cosas hasta el camping y luego Superman tiene que volver a casa a por el resto. Vale, a él le apetece y todo, por aquello de poder marchar en bicicleta a una velocidad mayor que la de una tortuga con reuma. Y mientras tanto, nosotros nos quedamos esperando en el terreno. La ida transcurre sin mayores problemas que los nervios de posicionar a todos, niños y mayores, en la bici. Los Supernenes deciden que acampamos al lado de una zona infantil y viendo que las nubes que pueblan el cielo cada vez apuntan a una probabilidad de lluvia más negra, acepto porque al menos esta zona está debajo de los árboles. Y esperamos. De cuando en cuando se me acerca un Supernene que me dice que le ha caído una gota encima... yo hago tiempo, mirando al cielo de reojo, esperando que al menos nos de para poner la tienda en seco y evaluando alternativas en caso de que al diluvio universal le de por caer antes de que se presente SM de nuevo. Superboy se sienta entre mis piernas y le veo una porquería en el pelo... intento quitarlo con la mano pero no sale... vaya, será un lunar en el cuero cabelludo. No puedo pasar de ahí porque el niño vuelve a salir corriendo tras los dos segundos de calma.
Dad: ¿Ves esa isla ahí delante? Ahí es adonde vamos a acampar.
Calvin: ¡Guay!
Dad: Esto es vida, aire puro, agua fresca, mucho ejercicio y...
BOOOOOM
Dad: Cariño, estás remando al revés.
Mum: Voy a dar la vuelta y encontrar un hotel.
SM llegó justo a tiempo para plantar una tienda de campaña que habíamos pedido prestada a toda prisa en mitad de la tormenta (y a fe mía que hizo un buen trabajo porque la tienda ni caló, ni se derrumbó en mitad de la noche, que eran mis dos grandes preocupaciones en orden de importancia). Pero lo cierto es que no ha sido el mejor fin de semana para disfrutar del aire libre. Y a pesar de ello lo hemos intentado. Y vamos a comprarnos una tienda de campaña para cuando vengan días mejores (seguimos con lluvia, lluvia y lluvia).
Por cierto, la historia del lunar terminó al día siguiente cuando nos volvió a dejar el padre solos para devolver las cosas a casa. En un momento en que nos estábamos refugiando los tres de la lluvia bajo un árbol, me doy cuenta de que "el lunar", puajjjj, se está moviendo... Pánico inmediato, todas las que sois madres os imagináis
porqué...
Nunca pensé que nos llegaría algo peor que lo de los piojos, pero aquello era
una garrapata. Al menos aquí en Alemania transmiten un tipo de meningitis peligrosa contra la que recomiendan vacunarte si vas a zonas de peligro (gracias a Dios, vivimos en un área verde). Pero como podéis ver en el enlace de la Wiki, la lista de enfermedades que pueden transmitir es inmensa... ¿Adivináis qué madre no va a respirar tranquila hasta que pasen los veinte o treinta días que puede tardar en incubarse la enfermedad?

Por si alguno llegó hasta nosotros a través del término "garrapata" y buscando buen consejo, subo al post los que me han dado para cuando se repita el problema (SB tiene algo de
cazador de cocodrilos en miniatura, sé que se repetirá)
1/ Mi Supermadre, que vive en el campo y por supuesto allí hacen las cosas a la brava, me dice que acercando una fuente de calor (cigarro, cerilla, etc) a la parte afectada con ciudado de no quemar al pobre afectado, que bastante tiene ya, la misma garrapata sale huyendo... no sé si se sentirá agobiada por ello.
2/ Ante la duda y la falta de pulso crónica (no, yo nunca hubiera llegado a ser cirujano) la solución de Ana R me parece algo más moderada:
Mira, para quitarla si te pasa otra vez:
1) Luego cojes un algodón, lo empapas bien en alcohol o éter y lo colocas sobre la garrapata unos segundos (sin frotar para no estimularla). Esto la adormece y hace que relaje la boca.
2) Luego la enganchas con una pinzas de depilar por la parte más pegada a la piel. La colocas suavemente en posición vertical y la separas de la piel con cuidado.
3) Una vez fuera la garrapata, la metes en un bote hermético 15 días por el tema de la enfermedad de Lyme o algo así. Cuando pase ese tiempo la incineras, la inundas en alcohol y al cubo de la basura del jardín (en la de casa no, porque los huevos son imposibles y te pudes encontrar con una invasión)
4) Lava con jabón y desinfecta bien la zona de la picadura.
Como las has arrancado tirando puede producirse una infección. Vigila la zona afectada, si notas la cabeza dentro o si el lugar se le pone rojo llévalo al pediatra.
Ana R