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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

jueves, agosto 21, 2008

Dia negro, negro, negro...

Bueno, los seguidores habituales del blog ya conocen de qué pie cojeo... y saben todos la angustia que me ha producido (a pesar de que racionalmente estaba preparada para ello, sé que ocurre cada cierto tiempo y me blindo emocionalmente para cuando pasa) lo que ha ocurrido ayer en el aeropuerto de Barajas. Desde que vuelo con mis Supernenes, me siento mucho mejor... el optimismo que me falta sobre mi persona no aplica en su caso, siempre siento que no va a tocarles precisamente a ellos. Y pienso con horror en lo que habrá pasado por la cabeza de los padres y madres que con ese mismo sentimiento, habrán tratado de proteger a sus hijos en los momentos finales de esa terrible desgracia... Sólo puedo decirle a las familias a las que les ha tocado esta cruel china que lo siento en el alma.

Y como las catástrofes nunca vienen solas. Michelle, una niña de mi ciudad que llevaba perdida desde el lunes, tampoco va a volver jamás a casa. Y aunque como en lo del avión, las circunstancias del caso me llevaban a volver a ponerme la coraza en el alma, siento una rabia terrible, una furia que no acaba en estos momentos...

Respiro hondo. Me repito a mí misma que ser humano es ser frágil y en esa fragilidad reside precisamente nuestro encanto y nuestro triunfo... Deseo que la muerte nos pase siempre de largo, a mí y a los míos, hasta que tengámos una edad más que suficiente para irnos. Y aunque os cuento siempre que no soy aficionada a la poesía, a veces sólo un poeta puede ponerte palabras a lo que estás sintiendo. Hondas gracias, Miguel, por prestarme tus palabras: la vida es en sí misma nuestra herida.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay dos tipos de tragedias: las que te permiten seguir luchando y las que no. Éstas son las *verdaderas* tragedias. Supongo que la muerte de un hijo está en esa línea...

Venga, SW, cheer up! Tus supernenes están contigo, ¿no? Gritones y felices... ;)

SuperWoman dijo...

Todo lo contrario, Yvi, hubo un tiempo en que morirme me acojonaba como no lo hacía nada en el mundo... ahora que me he vuelto eufemísticamente, más sabia, me acojona más el no vivir... y estas cosas te recuerdan siempre lo de prestado que estamos y te animan a vivir...
Un supersaludo

Anónimo dijo...

De acuerdo, SW... Estar muerto mientras tienes tus constantes vitales en regla, eso es lo peor que te puede pasar.

Supongo que vale como definición de ser romántico: preferir el riesgo de una vida en el infierno a la seguridad de una vida mediocre...

Cris dijo...

En esta vida hay que tomar todas las precauciones de tu mano y el resto lo decide el destino, el karma o como lo quieras llamarle. Y no hay más vueltas. Y no podemos pensar si nos tocará o no nos tocará porque si no no funcionaríamos al cien por cien el el día a día. Me dió mucha pena ver lo que ha pasado en baraja, y más yo que he volado tantos anyos con spanair...

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