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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

lunes, septiembre 22, 2008

¿Cómo funciona eso del método científico?

Quería contaros un par de cosas que tienen que ver con aquello en lo que supuestamente soy una especialista (y digo supuestamente porque el conocimiento también se oxida con la falta de uso). Pero me he dado cuenta de que tengo que empezar a un nivel más básico: tengo que empezar por comentar cómo se entiende el hacer ciencia hoy en día... y de paso, os hablo de uno de mis grandes amores (científicos, eso sí): Carl Sagan.

Sagan es un astrónomo que ejerció como tal a finales del siglo pasado (ay, qué mayor me siento cada vez que oigo eso del siglo pasado). Seguramente, la mayoría de las personas de mi generación le recuerden por ésto:



Cosmos es la serie responsable, así tirando por lo bajo, de un 50% de las vocaciones de las carreras de ciencias puras (física, química y matemáticas) de los años noventa. Si alguno se la perdió entonces por ser demasiado jóven, que aproveche ahora (y que no me lo cuente, me empieza a dar envidia la gente más jóven que yo).

Sagan era un tipo que siempre creyó en aquello que yo creo: que la cultura científica es más fácil de adquirir de lo que parece y que simplificando un poco los conceptos, todo el mundo puede tener la patena suficiente para desenvolverse en esta sociedad tecnológica en que nos ha tocado vivir. Desde jóven destacó por intentar hacer llegar a los ciudadanos de a pie todo lo que sabía. Sus libros de divulgación científica son una delicia (un extracto aparece esta semana en un post de Historias de la Ciencia)... y en ellos se habla mucho del método científico, que no deja de ser una manera particular de detección de la realidad. De hecho es una de las razones por las que las empresas pagan bien por una persona con una carrera de ciencias puras: se supone que estamos entrenados para pensar.

¿Suena rimbombante? En realidad es sencillísimo. Supongamos que tengo una teoría: una teoría no es más que una idea, que puede ser tan sencilla o tan complicada como queramos; normalmente nuestra teoría suele proceder de lo que observamos a nuestro alrededor, puede incluso que parta de una serie de experimentos que verifiquen completamente la idea... pongamos que veo crecer como fieras a los Supernenes y se me ocurre que todos los niños del mundo doblan su estatura de nacimiento a los tres años. No es descabellado, a mí me ha pasado con los dos, mis Supersobrinos también lo han hecho... la cosa promete... Pero lo que me dice el método científico es que en lugar de quedarme sentada alegremente felicitándome por mis buenos datos, tengo que hacer dos cosas: la primera, buscar datos que puedan contradecir mi teoría (sí, sí, como lo escucháis, por una sencilla razón: si encuentro un único niño que no haya doblado su altura a los tres años de nacer, la teoría no funciona... o al menos tengo que darle una explicación coherente y razonada a ese caso: igual tiene algún problema de crecimiento y entonces he de especificar que mi teoría sirve sólo para niños normales) y la segunda, intentar deducir de la teoría un dato independiente que también pueda comprobarse (si conozco la relación entre peso y altura aproximada de los humanos, puedo deducir que ocurre con el peso de estos niños y ver si la fórmula o ley que he deducido, se cumple también). No sólo eso: los datos tienen que confirmarse por diferentes personas, en diferentes lugares (si se miden niños en Japón y no funciona, no es una buena teoría; lo mismo si resulta que mis hijos medidos con otro metro, no cumplen la regla). Estas son las premisas que tenemos que cumplir con los datos que acompañan a nuestra teoría.



Normalmente, los científicos además intentamos buscar las razones que hacen que nuestra teoría se cumpla. Me refiero a hacerse preguntas del tipo: ¿Doblan los niños su altura en tan corto espacio de tiempo porque así tienen una ventaja evolutiva? ¿No pueden crecer más dentro del cuerpo de la madre y por ello han de desarrollarse de forma más rápida en sus primeros años de vida?. Aquí volvemos a tener otra serie de reglas no escritas para intentar que nuestro razonamiento sea lo más coherente posible: siempre hay que hacerse más de una composición de lugar aunque la primera de las explicaciones parezca coherente... si nos falla una, siempre nos quedan las otras para explicar nuestro problema; hay que pensar en pruebas y experimentos que puedan confirmar o denegar la validez de nuestros escenarios; las hipótesis más sencillas suelen ser las correctas (sí, los de "letras" también habéis escuchado ésto alguna vez); y por supuesto, siempre hay que comprobar la validez de todos y cada uno de los pasos de una cadena de razonamientos, incluidas las hipótesis de partida: un eslabón débil basta para romper la cadena.

He explicado esto con el peso de los niños, que es una cosa muy simple. Pero todos habréis escuchado hablar estos días del bosón de Higgs (y si no lo habéis hecho, buscad en los periódicos... que hemos pagado una cantidad considerable en impuestos para encontrar precisamente ese bosón y creo que es importante saber en qué nos gastamos nuestro dinero). Bueno, os adelanto que si los científicos andan todos alborotados por encontrar o no encontrar una partícula diminuta y de masa indeterminada, es porque las hipótesis actuales que tenemos sobre el funcionamiento del Universo, dependen de que aparezca o no aparezca. Pero no hay que irse tan lejos. Cada día nos cuentan muchas cosas a las que viene bien mirar con una cierta dosis de escepticismo...

12 comentarios:

Miriam G. dijo...

Mal, funciona mal.Que no mujer, funciona bien...

SuperWoman dijo...

Necesito definitivamente otro café, Miriam... me ha costado tres lecturas entenderte...
Un supersaludo

Anónimo dijo...

SW, no idealices el método científico... al menos, no en la forma que se lleva a la práctica. Has hablado de la necesidad de intentar "falsar" tu teoría, buscando contraejemplos. Pero los verdaderos científicos, que humanos son también, siempre tienen un colchón de teorías accesorias, de manera que cuando encuentran un contraejemplo pueden tirar de ellas para salvar su teoría querida... Es Popper versus Kuhn. Y te diría más aún: los más grandes a veces han sido muy tramposos. Escribí hace tiempo esto,
cuando aún me molestaba en hacer posts en inglés...

En otros términos: el método científico es una idea preciosa, que no se lleva mucho a la práctica. Y, si se hiciera con demasiado rigor, la ciencia no avanzaría.

Y, dicho esto, también yo entré en físicas por Carl Sagan, también yo le admiré y le admiro, dondequiera que esté...

SuperWoman dijo...

Vale, touché... Tampoco los Superniños son tan rubios y tan monos como los pinto Yvi... yo también soy humana y tengo mi corazoncito.
Un supersaludo

Cris dijo...

Que yo soy mu bruta pa eso... Pero la neurona se pone contenta cuando lee cosas nuevas y le entra curiosidad :-)

Manuel Márquez dijo...

Te tengo que agradecer la disertación, compa Superwoman, porque, para mí, jamelgo de letras puras (y muy poca querencia por las ciencias, pese a lo bien que se me daban las matemáticas...), ha resultado tremendamente ilustrativa. Vaya, que me ha servido para aprender, y mucho

Un fuerte abrazo.

La mujer Quijote dijo...

Como se suele decir, el método científico no será el ideal, pero es lo mejor que tenemos.
Yo creo que la gente que nos dedicamos a eso de la ciencia nunca hemos sabido explicarla. También hay quien no quiere hacerlo por la soberbia de creerse un elegido, de todo hay.
Además existe cierto prejuicio. Nadie reconoce fácilmente que es un analfabeto en cuestiones de literatura o música, pero sí es fácil encontrar quien se reconoce ignorante de la ciencia, incluso quien se vanagloria de analfabetismo matemático.

Anónimo dijo...

Una delicia de post :)

En teoría en mi oficio de letras, el periodismo, también deberían completarse una serie de porqués y el escepticismo debería ser la actitud predominante, pero me temo que mi gremio no somos un buen ejemplo en la aplicación práctica de todos esos buenos principios.

En cualquier caso, el escepticismo es en general una actitud muy saludable en cualquier faceta de la vida

SuperWoman dijo...

Despues de la puya de Yvi, estoy pensandome cambiarle el título al post y ponerle: ¿Cómo debería de funcionar eso del método científico? Y es que lo que comenta él de las "teorías del alma" existe...
Una teoría es correcta hasta que un referee no se empeñe en lo contrario ;)
Un supersaludo

Anónimo dijo...

Hay otra manera de verlo, SW, diciendo más o menos lo mismo. Cuando tienes una idea, hay que ser al principio su amigo, y después su enemigo. En otros términos: al principio no le busques los fallos, no la intentes falsar, porque la teoría es frágil y aún necesita fraguar. Cuando ya esté aquilatada y firme, entonces hay que ir a degüello con ella... Eso es lo que intento meter en la cabeza de mis alumnitos cuando resuelven problemas... :)

Isa Pe dijo...

Soy de letras, estoy cansada y resfriada, y A PESAR DE ELLO CREO QUE HE CONSEGUIDO SEGUIR TOOOODA LA ENTRADA. Esa debería ser una de las reglas del método científico: que no fuera un peñazo leer las disertaciones, las tesis, las hipótesis....
Mi enhorabuena por la claridad ¿has pensado en dedicarte a escribir libros de divulgación o de texto o algo así?

SuperWoman dijo...

Oye, que ahora que me doy cuenta, hay alguien nuevo, y yo aquí, sin ofrecer café, ni pastitas... Bienvenida al blog, Mujer Quijote, sé que llegas desde el reino de Regina Ex-Libris y espero que nos sigamos encontrando por ahí...
Isabel... GRACIAS!!! (mi secreto es que en el fondo de mi corazón, soy de letras, pero los chicos más interesantes del instituto siempre cogían ciencias puras).

Un supersaludo

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