No voy a daros otra vez una chapa científica sobre este tema: primero porque seria repetirme y gastar saliva en algo que ya he visto que no hay manera de conciliar (la gente no quiere buscar puntos de encuentro sino demostrar con su retórica la idea con la que ya venían) y lo segundo porque con poner
el enlace a la chapa que os di la ultima vez, esta parte esta cumplida.
Tampoco quiero, al menos no en profundidad, meterme en el jardín de mostrar mi postura emocional frente a este tema: tengo la suerte de que no me ha tocado vivirlo en primera persona como les ocurre a
MR o a
Mama de 7 (dos de las personas que están en mi blogroll; por cierto, las dos tienen posturas divergentes al respecto y me parece fabuloso... lo de las posturas divergentes me refiero). Digamos que he visto a familiares míos sufrir de cerca y que si hubiera podido hacer cualquier cosa por aliviar ese sufrimiento, lo habría hecho. Soy partidaria de la eutanasia activa y no tendria ningun reparo en irme a Holanda en el dia de mañana si me aseguran que la única salida que le queda a mi vida es una agonía larga y dolorosa, durante la cual voy a ser una carga para las personas que tengo a mi alrededor (ese es mi límite personal, elegido libre y voluntariamente, no quiero imponerme en mi muerte a la vida de los que me quieren). En el caso de una tercera persona, como es un hijo, creo que ver día tras día la agonía lenta de la persona que más quieres es la más horrible de las circunstancias (hoy por casualidad, SG está malita, un simple achuchón de estómago y da penita verla en su camita, hecha una bola y sintiéndose miserable... no quiero saber lo que tiene que ser estar chutándole a tu hija morfina para calmar sus dolores... sí, se que nadie me libra de tener que padecerlo en un futuro, pero si puedo hacer algo de antemano para evitar ese sufrimiento y no creo ningun daño a otras personas por ello, no creo que ningún poder moral o religioso me lo tenga que impedir).
Pero ninguna de las dos cosas es el tema del mensaje de hoy. El tema es que me parece poco oportuno semejante debate en este momento, salvo que la elección de las fechas esté hecha aposta como nos tienen tan habituados. Tenemos una crisis de narices a nivel europeo. El problema, queridos, no es sólo de España sino de toda la comunidad (si los alemanes os parecen los malos de esta historia, os recuerdo que todavía no hemos visto lo que puede ser la cosa si el euro y todo el concepto de comunidad europea cae). Necesitamos concentrar nuestras energías en resolver problemas tales como:
- Cómo conseguir pagar la deuda en que nos encontramos ahora mismo sin perder calidad de vida o perdiendo la mínima posible (recortes hay que hacer pero... ¿son los que estamos haciendo los adecuados?).
- Cómo construir una sociedad más justa e igualitaria (no miremos sólo el producto interior bruto para evaluar la actuación económica de un país; busquemos métodos alternativos para evaluar la repercusión social. Si los ricos son cada día más ricos y los pobres más pobres en relación a ellos, algo falla en el sistema... por mucho que todos mejoren en calidad de vida, SM, que ya sé que me vas a sacar esa réplica ;)).
- Antes de ponernos a mirar la vida de los no nacidos, qué pasa con todos los ya nacidos que están en situación de dependencia (¿se le ha ocurrido a alguna lumbrera que con los apoyos adecuados a lo mejor un cierto sector de la población se siente capaz de hacerse cargo de este tipo de situaciones y logran convencer en lugar de vencer?).
Y ésta es sólo una muestra de los temas que tendrian que estar sobre la mesa ahora, en lugar de si reformamos o no la ley de IVE. O el verano olímpico. Perdonadme pero por una vez me alegro de que a España le vaya mal en el tema del deporte. A ver si así nos centramos en lo que nos tenemos que centrar. Que no nos distraigan.